En cuanto al sueldo, seis de cada diez están satisfechos (más que los madrileños o catalanes, con un 54%). El estudio revela también que el 27% tenía un contrato indefinido en 2005 (frente al 34% de 2002) y un 53%, temporal (hace tres años era un 47,95%).

Pese a las cifras, el trabajo no es lo que más preocupa a los jóvenes. Para el profesor universitario y artífice del estudio, José María Peiró, «la inseguridad laboral está más en la cabeza de los padres que de los hijos». Lo que más les importa es la familia, luego el ocio y el tiempo libre (cada vez más), y ya en tercer lugar, el trabajo y los estudios.

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En casa de los papis y sin hijos

«Un fenómeno emergente, aunque minoritario». Así se refiere el catedrático de Deusto Javier Elzo a los jóvenes que se emancipan pronto. Según su estudio, si en 2002 la mitad de los jóvenes se iban de casa a los 28 años, en 2005 esta barrera bajó a los 25 años. En la Comunitat, el 70% de los jóvenes de 16 a 30 años viven aún con sus padres. Alegan como principal motivo: «Mis padres quieren que me quede y a mí me interesa». Además de que la vivienda está por las nubes. También los hijos tardan más en venir. En 2002, el 60% no tenía hijos a los 30 años, el año pasado la cifra subió al 76%.

Cinco maneras de vivir la juventud

Liberal integrado (32% de jóvenes): Es el más feliz, según el catedrático Javier Elzo. Tolerante con el divorcio y el aborto. Combina bien ocio, salud y estudios. Laico, pero no antirreligioso.

Moralista (16%): Retraído, pero no problemático. De clase baja y poco estudioso. Son conservadores y no quieren saber de política.

Retraído/permisivo social (7%): Sus padres le han pagado el colegio, pero no se preocupan por él. Pasa de todo. Toma alcohol y drogas. Busca encuentros en el chat. Es el menos feliz.

Institucional/conservador (21%): Buen trabajador. Riguroso con lo tradicional y reacio a lo nuevo. No le importan las juergas. Piensa que los jóvenes tienen demasiada libertad.

Libre disfrutador (23%): De izquierdas. Nada religioso. Permisivo con emborracharse o no pagar en el bus. Clase alta y con dinero.