El festival Sónar de Barcelona celebra durante dos días su ambiciosa edición brasileña en la capital económica del país, Sao Paulo. Con una amplia muestra de música y tecnología, el Sónar SP deberá impresionar a un público ávido de  atracciones internacionales y cada vez más exigente, al que intentó convencer tras la suspensión de la actuación principal, la islandesa Bjork.

La presente edición del mayor festival de “música avanzada” del mundo reúne 29 artistas internacionales, 19 de ellos por primera vez en el país suramericano, y otros 19 brasileños.

La primera noche contó  con la actuación de los alemanes Kraftwerk, la banda cabeza de cartel que fue el intento de la organización de sustituir a Bjork, verdadero reclamo inicial. La cantante se vio obligada a cancelar varias actuaciones por orden médica, que incluyen varios conciertos en el cono sur y en la edición 2012 del barcelonés Primavera Sound.

La expectación era máxima ante el elogiado show en 3-D de Kraftwerk , únicamente presentado en el MOMA de Nueva York y para la que se repartieron gafas especiales. Una numerosa audiencia apreció el espectáculo galáctico de la banda alemana, padres de la electrónica actual. Imágenes retro futuristas evocadoras de los años ochenta reforzaron un electro mínimal que por sí solo difícilmente habría conseguido mantener al público con el ánimo que una medianoche de viernes requería.

El espectáculo visual fue impecable, pero los alemanes llevaron su propuesta We are the robots demasiado lejos: en más de 90 minutos los cuatro integrantes completamente estáticos y sin hablar una palabra no consiguieron emocionar, aunque sí agradar, al público.

Poco después se presentó el dúo canadiense Chromeo, que con una cuidada y peculiar puesta en escena jugaron a recordarnos ritmos propios de una serie de TV de los ochenta y levantaron a una entregada audiencia.

Quien calentó el palco a los alemanes fue la joven promesa británica, James Blake, el único que actuará los dos días del festival. En su primera noche, presentó un ecléctico DJ set en el que, al más puro estilo londinense,  intercaló ecos garaje y two-step  de voces y melodías acarameladas con el dubstep más tenebroso. Con su aspecto aniñado y su colección de cd's casera jugó con una audiencia que agradeció tanto sus guiños a Stevie Wonder y Aretha Franklin como a la electrónica más sombría. Se prevé que en la segunda noche mezcle su voz de crooner con sus atmósferas post-dubstep con un show en vivo.

También de las profundidades del Dubstep surgieron otros dos representantes del Reino Unido: Hudson Mohawke y Skream. El primero, uno de los nombres claves de la escena escocesa,  alternó dubstep con elementos de la escena rave mientras que el segundo se respondió a las expectativas creadas tras sus remixes para Hot Chip y Klaxons.

Para redondear la oferta de los subgraves, DJs Marky e Patife demostraron por qué son todavía los grandes nombres del Drumm and Bass brasileños.

Por otro lado, fiel a su tradición en la difusión del Hip Hop, la organización del Sónar subió al escenario en esta edición a varios nombres entre los que destacan dos: el londinense enmascarado Doom, y la gran promesa de la música brasileña, Criolo.

"Este es un evento internacional y quiero aprovechar para que se oiga: en mi país hay mucha gente que aún pasa hambre, en una economía como la nuestra, es una verguenza", afirmó el cantante, nacido en una favela de Sao Paulo y que se tornó una de principales figuras musical de 2011.

Si bien habrá que esperar  al domingo para hacer el balance de la edición completa del Sónar, de momento destaca un aspecto: la selección de los artistas fue mucho más cuidada que la señalización y decoración de los espacios y que la calidad del  sonido en los escenarios.

La segunda noche traerá aún más nombres  relevantes como Justice, Four Tet, Squarepusher, Modeselektor, Jeff Mills, Flying Lotus, Chromeo, Mogwai, Alva Noto, Ryuichi Sakamoto, James Holden, Rustie o Cee Lo Green, la mitad de Gnarls Barkley. Además continuará ofreciendo  contenidos profesionales en los talleres del Sónar Pro en una mezcla de música, tecnología y arte en 48 presentaciones de artistas de trece países.