Del Penyagolosa al Mediterráneo, un viaje por el río Mijares

Llegar al mar Mediterráneo partiendo del monte Penyagolosa en la provincia de Castellón, siguiendo el río Mijares, es una aventura de primera magnitud que tiene su fin en la Costa Azahar. Desde la segunda cima en altura de la Comunidad Valenciana, y hasta llegar al mar, encontramos ecosistemas naturales muy diversos, atravesados por rutas que se siguen a pie o en bicicleta.

El Parque Natural de Penyagolosa y los entornos del río Mijares están llenos de atractivos para los amantes de la aventura y de las actividades al aire libre. La primera cita ineludible la tenemos en el mismo pico de Penyagolosa, que con 1.814 metros de altura es uno de los grandes clásicos del excursionismo en la zona. Los barrancos y desfiladeros añaden un extra de adrenalina para los amantes del deporte extremo.

Empezamos la ascensión en el santuario de Sant Joan de Penyagolosa, punto de encuentro de montañeros. El itinerario, sencillo de seguir y con marcas de PR (Pequeño Recorrido), se encarama primero por el pronunciado barranco de la Pegunta.

Más arriba, y tras cruzar un bosque denso, hay una explanada  en la que se juntan muchos excursionistas que sólo quieren recorrer el último tramo del camino y que llegan hasta aquí en coche.

Tras descender el Penyagolosa, trazamos una diagonal hacia el suroeste para encontrarnos con el cauce del río Mijares, siempre dentro del Parque Natural y en la franja limítrofe de las provincias de Teruel y Castellón.

Pero antes nos demoramos en Vistabella del Maestrat, a 15 minutos del monte, para admirar en sus afueras el Pla o Polje de Vistabella. Con éste nombre se conoce la formación kárstica o relieve calizo recorrida por la rambla del río Pla. Formaciones parecidas las encontramos en el propio Mijares, que forma un desfiladero justo cuando cambia de provincia. Es un entorno ideal para ver rapaces como el águila real, el águila perdicera o el búho real.

Tras cruzar la frontera entre autonomías, el Mijares no tarda mucho en llegar a Montanejos, un municipio afamado por sus fuentes, las aguas termales y un rico patrimonio natural de hoces, cañones y barrancos. Las aguas provienen de la Fuente de Baños, con un caudal que se acerca a los 6.000 litros por minuto.

En general, las aguas del Mijares son aprovechadas por centrales hidroeléctricas como la de Los Cantos, al lado del Embalse de Arenós y a sólo 3 Km. de Montanejos. Aquel es uno de los lagos artificiales más grandes de la provincia y abastece los regadíos de la Plana de Castellón.

En la misma zona, diversas empresas ofrecen la posibilidad de practicar deportes de aventura de forma segura. Una de las más activas es Geoextrem, que opera entre Montanejos y Puebla del Arenoso.

Río abajo y tras superar el embalse de Sitjar, el Mijares se abre entre las localidades de Almazora, Vila-real y Burriana frente a la costa mediterránea. La desembocadura forma un humedal protegido de más de trescientas hectáreas, donde se pueden observar aves como garzas y patos, la cigüeñuela o el calamón.

En Vilareal, la senda botánica que acompaña el margen derecho del río, desde el Molino de la Ermita hasta el puente medieval de Santa Quiteria, ofrece la posibilidad de un paseo relajante tras una intensa jornada.

En la oferta gastronómica de esta región no faltan, como en toda la cuenca levantina, los arroces preparados de mil maneras. Por ejemplo, en Vila-real, se sirve “una de las mejores paellas del mundo” según reza la publicidad. Hablamos de Cal Dimoni (Avenida Europa, 15, telf. 964 535323).

Para otras especialidades locales como el “tombet” (cordero guisado en cazuela de barro), nada como reservar mesa en el restaurante Portal del Carmen (Glorieta 2. Telf. 978 804 153), en un antiguo convento carmelita que queda a unos 30 Km. de Sant Joan de Penyagolosa, en Rubielos de Mora.