Miembros de una hermandad, a juicio este miércoles por expulsar a una menor de su procesión

Un total de seis miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Virgen de las Angustias de Granada, entre ellos el hermano mayor, Francisco Salazar, serán enjuiciados este miércoles por la expulsión de su procesión el pasado 25 de septiembre de una joven de 15 años que consideraron que llevaba la falda demasiado corta y que quedó "abandonada en la calle varias horas" y entre los centenares de personas que a esa hora presenciaban el acto religioso, según la denuncia presentada por el padre.

Un total de seis miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Virgen de las Angustias de Granada, entre ellos el hermano mayor, Francisco Salazar, serán enjuiciados este miércoles por la expulsión de su procesión el pasado 25 de septiembre de una joven de 15 años que consideraron que llevaba la falda demasiado corta y que quedó "abandonada en la calle varias horas" y entre los centenares de personas que a esa hora presenciaban el acto religioso, según la denuncia presentada por el padre.

Según ha informado a Europa Press el abogado de la familia, José María Suárez, la denuncia se ha dirigido a "seis personas concretas por unas actuaciones concretas" y no contra la Hermandad, y ha dado lugar a un juicio de faltas que tendrá lugar este miércoles. A la espera de que los hechos se califiquen en el transcurso de la vista, el letrado considera que podrían enmarcarse en una falta de maltrato de obra de carácter leve y contra el honor de la familia de la adolescente.

El señalamiento del juicio de faltas se produce después de que el Juzgado de Instrucción número 2 de Granada haya admitido a trámite la denuncia presentada por el padre, que decidió acudir a la vía penal después de haber agotado "todos los trámites posibles" y como su "última alternativa".

De hecho, según señaló a Europa Press recientemente, ha intentado que los posibles responsables de la "expulsión" de su hija, que considera "injusta", le dieran explicaciones de lo ocurrido y también ha enviado escritos al Arzobispado de Granada pidiendo el cese de sus funciones del hermano mayor de la institución, como persona que elige directamente la Junta de Gobierno de la Hermandad, agotando así "todos los trámites posibles".

El progenitor asegura que respeta "al máximo" a la Hermandad en la que ha sido horquillero desde hace 30 años pero ha hecho hincapié en que las seis personas denunciadas han hecho "daño" a su familia, no sólo por la expulsión de la joven, que tuvo repercusión en los medios de comunicación, sino por los escritos "muy duros" que le han enviado en respuesta a sus quejas.

"El asunto ha supuesto un coste personal terrible y yo lo que he querido es salvaguardar el honor de mi familia, además de que ninguna otra persona vuelva a sufrir lo que nosotros hemos sufrido", ha indicado el denunciante, que confía en que la justicia aclare ahora lo sucedido.

En su día, el hermano mayor de la Hermandad, Francisco Salazar, no quiso pronunciarse al respecto, y se remitió a los acuerdos que adoptó la Junta de Gobierno en una reunión con carácter extraordinario, en la que puso de manifiesto que la adolescente no fue solamente expulsada por la longitud de su falda, sino porque no cumplió los horarios, llegó tarde a la procesión, y tampoco llevaba la uniformidad requerida, ya que vestía manga corta y no portaba rosario. "Este asunto es un sinsentido", indicó entonces a Europa Press Salazar.

Los hechos se remontan al domingo 25 de septiembre del pasado año, cuando la procesión de la Virgen de las Angustias comenzó a salir de la basílica. La niña, según el relato del padre, se dirigió junto a las hermanas cofrades para acompañar a la Virgen, aunque en ese momento una de ellas le dijo, "a instancia de otras dos de la junta directiva", que abandonara la procesión porque la falda que llevaba era demasiado corta.

Los padres consideran que la menor fue expulsada de manera injusta, ya que "el vestido le llegaba por debajo de la rodilla" y además nadie le pidió que se identificara o enseñara su carné de sitio, de modo que "la echaron sin saber su edad, ni si llevaba dinero o teléfono" para contactar con su familia.

Aseguran que esta situación causó en la joven un gran "estado de nerviosismo y ansiedad" hasta que encontró a sus familiares. Ellos, por su parte, al ver que no estaba en el cortejo comenzaron a preocuparse y acabaron por solicitar la ayuda de la Policía Local, Nacional y Protección Civil.

Finalmente no hizo falta su intervención porque la niña logró encontrar unas tres horas después a su tía abuela en uno de los tramos de la procesión. El padre relata que cuando fue a pedir explicaciones a una de las conciliarias le respondió con una "frialdad enorme" insistiendo en que no iba correctamente vestida.

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