El fiscal pide 223 años de cárcel para un ginecólogo acusado de abusar de sus pacientes

  • Sami Y.A. está acusado de abusar sexualmente de 30 pacientes.
  • En el CAP de la Avenida Río de Janeiro de Barcelona y en dos consultas privadas.
  • Los hechos denunciados ocurrieron entre los años 2003 y 2006.
  • Les tocaba los pechos, piernas y labios vaginales, les introducía los dedos y les acariciaba el clítoris.
Ginecólogo.
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Ginecólogo.

El fiscal pide una condena de 223 años de cárcel para el ginecólogo Sami Y.A., acusado de abusar sexualmente de una treintena de sus pacientes en el ambulatorio de la Avenida Río de Janeiro de Barcelona y en sus dos consultas privadas entre los años 2003 y 2006.

En su escrito de calificación provisional, el ministerio público considera que el ginecólogo es autor de 34 delitos de abuso sexual, ya que abusó de algunas de sus pacientes en más de una ocasión, y de un delito continuado de abuso sexual, por lo que eleva su petición de condena hasta los 223 años de prisión.

El fiscal pide además que Sami Y.A. indemnice con 6.000 euros a cada una de las víctimas, por los perjuicios morales ocasionados, y que como responsable civil subsidiario responda el Instituto Catalán de la Salud, dependiente de la Generalitat.

El ginecólogo, de origen jordano y nacionalidad española, abusó supuestamente de 26 pacientes en el CAP de la Avenida Río de Janeiro, en el distrito de Nou Barris de Barcelona, y de otras tres mujeres en las dos consultas privadas en las que también ejercía como especialista en obstetricia y ginecología.

En concreto, el acusado compaginaba su trabajo en el ambulatorio con su actividad profesional en una consulta privada de la calle Doctor Pi i Molist de Barcelona, donde abusó supuestamente de una paciente, y en el Centro Médico Cemedic, en Premià de Mar (Barcelona), donde supuestamente abusó de dos pacientes.

Según sostiene el fiscal, el ginecólogo se aprovechaba de que las pacientes estaban desnudas y que la enfermera no se encontraba en la habitación para hacerles tocamientos en los pechos, las piernas y en los labios vaginales. Además, les introducía los dedos en la vagina y les acariciaraba el clítoris.

En algunos casos, el ginecólogo intentaba dar apariencia de normalidad a los tocamientos soltando frases a sus pacientes como "cariño, no te preocupes", "estás muy tensa, estate tranquila que no pasa nada" o "cariño, tranquila, no estés nerviosa". Según el escrito de acusación, en una fecha que no se ha podido determinar, mientras el ginecólogo le tocaba la vagina a una paciente le dijo: "umm, esto está como para ponerle limoncito".

En otra de las ocasiones, en marzo de 2006, el procesado deslizó sus manos por la parte interior de los muslos de una paciente, a la que miró de forma fija a los ojos, hasta que le acarició el clítoris. La mujer le exigió que se detuviera —"basta ya", le dijo— y acto seguido se identificó como enfermera, ante lo que, según el fiscal, el acusado respondió con un "hostia puta", al sentirse descubierto. En su escrito, el fiscal pide que el juicio oral se celebre a puerta cerrada para salvaguardar la intimidad de las víctimas.

El ginecólogo fue detenido por los Mossos d'Esquadra el lunes 2 de octubre de 2006, tras recibir el 16 de septiembre de aquel año la primera denuncia de una paciente, lo que les llevó a interrogar a un centenar de mujeres más para saber si también habían sido víctimas de abusos por parte del doctor. De hecho, el juez de guardia que dejó en libertad con cargos al ginecólogo —con la prohibición de ejercer a la espera de juicio— criticó en un auto la investigación de la policía catalana, porque consideró que propició la presentación de denuncias.

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