Las guarderías municipales de Barcelona, en huelga tres días

  • Protestan contra el aumento de la ratio, la reducción del número de educadores y la gestión externa de tres nuevas escuelas.
  • Trabajarán como mínimo un tercio de la plantilla y un directivo en los 92 centros.
Varios niños, en una guardería.
Varios niños, en una guardería.
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Varios niños, en una guardería.

Familias, maestros y personal de apoyo de las guarderías municipales están en pie de guerra desde que el Ayuntamiento de Barcelona anunció cambios en el modelo. Han hecho caceroladas, concentraciones, fiestas reivindicativas como la del domingo y han recogido 25.000 firmas. Este martes, empiezan tres días de huelga consecutivos. El consistorio, que ha fijado unos servicios mínimos de un tercio de la plantilla de cada centro y un miembro del personal de dirección, anunció hace unos meses que aumentaría la ratio de niños por maestro, reduciría el personal de apoyo educativo a mediodía y externalizaría la gestión de tres nuevas guarderías.

Pérdida de calidad

"Dicen que no habrá menoscabo de la calidad y haremos el posible para evitarlo, pero ¿cómo no va a afectar si habrá más niños y menos educadores?", se pregunta Lucia Rivas, miembro del Colectivo de maestros de las guarderías y servicios complementarios municipales de Barcelona, convocante de la protesta.

También están preocupados por la gestión externa de las escuelas Jaén, Caspolino y Patufet de Navas, pues creen que no se puede hacer negocio de un servicio público —el pliegue de condiciones establece un margen de beneficio del 10%—. Además, no sólo no representa ningún ahorro, sino que supone un primer paso para la privatización del sistema y la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores, que afectará a la calidad del servicio, según denuncian.

Además, estas guarderías abrirán de siete de la mañana a ocho de la tarde (las 92 actuales abren de ocho a cinco), "cuando se tendría que obligar a las empresas a facilitar la conciliación laboral en vez de hacérselo pagar a los niños", sostiene Rivas.

Estos cambios "no son recortes por la crisis, sino un disfraz para un cambio de modelo", denuncia Cristina Mas, madre de un alumno de la guardería Londres y para quien no son "aparcamientos", sino espacios donde aprenden, entre otras cosas, a comer, dormir y socializarse.

A su entender, se trata de una cuestión de prioridades. El presupuesto del consistorio supera los 2.000 millones de euros y este curso destina 48 (un 0,016%) a las guarderías. "Seguro que los recursos saldrían si la infancia fuera una prioridad", afirma.

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