El secretario general de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Carlos Fernández-Lerga denunció en los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV) en San Sebastián "la manipulación de algunas opiniones" sobre el canon por copia privada aplicado a los discos compactos vírgenes "porque el perjuicio para el consumidor es nulo".
Defendió la postura de la SGAE, favorable al canon, con el argumento de que la copia privada autorizada por ley supone un perjuicio económico para los autores que hay que compensar por otro lado.
Hizo referencia a los diferentes sectores sociales, "pequeños pero bien orquestados", que se han mostrado contrarios a la aplicación del canon por copia privada y mencionó, asimismo, el Informe de Expertos solicitado por el Ministerio de Industria que recoge "un conjunto de falsedades como que este impuesto va a encarecer el precio de los productos entre un 30 y un 50%".
En su intervención, analizó también el impacto que la aplicación de las nuevas tecnologías puede tener para los autores y defendió su validez ya que "cada avance de la tecnología ha supuesto la aparición de nuevos tipos de obras y de nuevas formas de explotación".
El secretario general de la SGAE criticó, por último, a quienes se muestran contrarios a los derechos de autor: "Para afirmar que los derechos de autor paralizan el desarrollo de la sociedad de la información hay que ser o muy cínico o muy memo".
¿CULTURA EN CRISIS?
Fernández-Lerga repasó también la situación de diversos sectores como el de la música, el del cine o el editorial en España.
Respecto al primero, aludió al creciente número de conciertos para negar que esté atravesando una crisis y dijo al respecto que "lo que ocurre es que el CD está siendo sustituido por nuevos soportes y la industria discográfica lo está padeciendo".
Hizo referencia a la "crisis permanente" del sector cinematográfico en nuestro país y culpó a la industria norteamericana por su potencia de penetración y su utilización del cine como instrumento de comunicación de valores.
En cuanto a la industria del libro, dijo que no puede hablarse de alarma en este sector ya que las editoriales publican un gran número de libros a lo largo del año y destacó que "es difícil que desaparezca porque los lectores siguen prefiriendo el soporte impreso al electrónico".
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