Videojuegos eróticos, sexo más allá de la pantalla

Entre éstos, figuran "Naughty America: The Game" y "Red Light Center", un juego que tiene lugar en un distrito rojo.

Sólo en el blog de la Asociación Internacional de Programadores de Juegos de Contenido Sexual están archivados unos 300 juegos que exploran directa o tangencialmente el sexo, desde su forma más atenuada y romántica hasta la más cruda y explícita.

La evolución de los romances virtuales

En "Naughty America: The Game", los jugadores crean sus propios personajes y "pueden tener sexo con otros en una multitud de posiciones y en numerosos lugares húmedos y calurosos", según un comunicado de prensa. Sus creadores han llegado a afirmar que se trata de la evolución de los romances virtuales.

Lo novedoso de este juego es que los participantes pueden conocer sus "yo reales" a través de un foro de discusión leyendo los perfiles de los jugadores conectados o usando una webcam.

En el 2007 sale "Rapture Online", que incorpora avatares "anatómicamente perfectos".

Esta nueva línea de videojuegos eróticos sigue la estela de títulos como "Virtually Jenna", que contaba con el protagonismo virtual de la famosa estrella porno Jenna Jameson. Pero éste sólo permitía un jugador y no contaba con posibilidades online.

En qué consiste la revolución

La revolución -a juzgar por los expertos- la liderarán los juegos en los que varios pueden interactuar, un fenómeno que, según Brathwaite, crece en la medida en que una mayor aceptación de los romances por Internet abona el terreno para el sexo virtual.

También los avances tecnológicos en el diseño de los juegos está ayudando a destronar el tabú de "tener sexo con un dibujo animado".

A favor y en contra

Los programadores de estos juegos XXX se enfrentan grandes desafíos de distribución comercial, así al rechazo de padres de niños y adolescentes, miembros del Congreso, médicos y psicólogos.

El doctor Ian Kerner, autor del libro "Manual para el Diagnóstico de los Desórdenes en las Citas Románticas", dice que nuestra cultura es "autofóbica", es decir, que tememos estar solos y por eso buscamos compañía en la tecnología. También afirma que el riesgo está en que la persona se puede perder en ese mundo virtual.

Para otros especialistas el "sexo participativo" de los videojuegos es un paso natural, ya que lo que hacemos a diario, desde nuestras labores hasta las formas de comunicación y diversión, está mediado por la tecnología.