Quiere ver nacer a sus hijas, afirma la baronesa, y en unos días viajará a Estados Unidos para ver como otra mujer las da aluz. Dos enfermeras la acompañaran y ya tiene elegidos los nombres.

María del Carmen, por ella ; y Gudadalupe Sabina, por la Virgen de Guadalupe y por su abuela Sabina.

La baronesa no entra en demasiados detalles en la entrevista. No explica como ha podido adoptar a dos niñas recién nacidas cuando por su edad, 63 años, sólo podría en nuestro país hacerse cargo de dos jóvenes de 23, ya que la Comunidad Autónoma de Madrid exige que medien cuarenta años de edad entre adoptante y adoptado.

Carmen Cervera está deseando tener a las niñas en casa para poder !peinarlas y vestirlas con trajes bonitos". Y conoce a los padres biológicos de las niñas pero prefiere mantener en secreto semejantes detalles.

Borja, su hijo y heredero, futuro hermano de las pequeñas, a sus 26 años se encuentra muy satisfecho ante la perspectiva de dejar de ser hijo único. El tema de la herencia de la baronesa, un asunto espinoso y de plena actualidad tras hacerse público el testamento de Rocío Jurado, no se menciona en la entrevista