Crean esperma artificial a partir de células madre embrionarias

Las claves:
  • Ha servido para fecundar óvulos de ratón hembra.
  • Podría solucionar la esterilidad masculina.
El científico Karim Nayernia trabaja en un laboratorio de la Universidad de Newcastle (Reino Unido).
El científico Karim Nayernia trabaja en un laboratorio de la Universidad de Newcastle (Reino Unido).
Efe
El científico Karim Nayernia trabaja en un laboratorio de la Universidad de Newcastle (Reino Unido).

El padre de muchos niños del futuro puede ser una célula... madre.

Un equipo de científicos alemanes y británicos han conseguido traer al mundo varios ratones concebidos con esperma artificial: semen diseñado en laboratorio a partir de la manipulación de células madre embrionarias.

Los resultados de la investigación, que todavía está en una fase de desarrollo muy incipiente, han sido publicados en la revista Devlopmental Cell y recogidos en Nature.

Se abre así una puerta a la posible solución de la esterilidad masculina, aunque todavía falta mucho por recorrer.

La tasa de éxito de los experimientos realizados ha sido muy baja.

Lo normal, es que el esperma se forme a partir de las llamadas células madre espermáticas, en los testículos.

En su investigación, el equipo dirigido por Karim Nayernia en la Universidad de Gotinga (Alemania) consiguió convertir células madre embrionarias de ratón en células madre espermáticas.

Esto ya se había logrado, pero la novedad es que el equipo de Nayernia implantó el esperma artificial en óvulos de ratón.

El esperma artificial consiguió fecundar los óvulos y éstos fueron implantados en hembras de ratón.

Hemos demostrado que las células espermática son funcionales y que fueden fertilizar un ovocito
"Hemos demostrado que las células espermática son funcionales y que fueden fertilizar un ovocito", declaró el profesor Nayernia a
Nature.

Una vida breve

De 210 óvulos fecundados, 65 comenzaron el proceso de desarrollo con la división celular. Siete vinieron al mundo. Seis alcanzaron la madurez, pero vivieron sólo cinco meses, cuando los ratones normales viven años.

Además, eran o muy pequeños o muy grandes para lo habitual. La aplicación en humanos está pues todavía lejos. "Hay muchas cuestiones técnicas, éticas y de seguridad que afrontar antes de que la aplicacion en humanos pueda siquiera ser considerada", indica Allan Pacey, de la Universidad de Sheffield (Reino Unido).

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