Entre el orgullo y el estereotipo

En la selva de los prejuicios, el colectivo de lesbianas admite su falta de visibilidad y reclama pasar a un primer plano.
Vibeke, tumbada en un sofá del evocador restaurante y pub de ambiente mixto Jellyfish, en el madrileño barrio de Chueca. Sergio González.
Vibeke, tumbada en un sofá del evocador restaurante y pub de ambiente mixto Jellyfish, en el madrileño barrio de Chueca. Sergio González.
Vibeke, tumbada en un sofá del evocador restaurante y pub de ambiente mixto Jellyfish, en el madrileño barrio de Chueca. Sergio González.
Pluralidad amazónica. Amazónica por las antiguas guerreras –que no entendían de hombres en sus tribus– y por la diversidad selvática en sus múltiples colores y formas. Hay de todo. Y no tienen por qué lucir pelo corto, camisa de leñador, ni tener pinta de bollos... De la coqueta colibrí a la feroz felina, siguiendo con la metáfora.

Y aunque muchas vivan en la sombra, sí tienen algo en común: son mujeres a las que les gustan otras mujeres. Muy femeninas o masculinas. Variedad en el gusto y la estética.

El Día del Orgullo Gay, la fiesta de la visibilidad por excelencia, se celebró la pasada semana. Pero qué hay de las mujeres del orgullo. ¿Son tan visibles como los hombres?

"En el orgullo todos somos visibles, participamos, pero las cosas cambian cuando regresamos al día a día...", explica Vibeke, una danesa de 36 años, que lleva más de 12 en Madrid.

Cuando salió del armario (ella prefiere destrozarlo para hacer una hoguera que brille desde Copenhague a Madrid), su padre, un judío de ascendencia rusa que escapó de la persecución nazi, irónicamente le negó la palabra durante meses. "Todavía las mujeres están más retraídas a la hora de hacer visible su condición sexual. Puede que tenga que ver con los roles históricos, generaciones de reprimidas. La lucha es por partida doble".

A pesar de que ha crecido el número de bares y de fiestas para mujeres –como la Lesbianow– en Madrid y Barcelona, "falta unidad entre nosotras", dice. Y a tenor de las personas escrutadas en este reportaje, también espíritu de hacerse más visibles.

Taylor tiene 23 años. Es estadounidense y lleva nueve meses en España. Reconoce que "es más fácil ser lesbiana en Madrid que en Atlanta (su ciudad natal), por las amistades o los bares de ambiente". Pero no le gusta "calificar a las lesbianas porque se cae fácilmente en los estereotipos". Volvemos a estirar las lianas de los tópicos... Vive con una lesbiana y dos gays. Su primera experiencia sexual fue con una amiga. Se sintió cómoda. Ha estado con hombres, pero se siente "mejor con mujeres o con un hombre femenino".

Es un dato objetivo. En el pasado Día del Orgullo, las carrozas eran mayoritariamente masculinas. "En las grandes veo cierta discriminación. En todas hay chicos con cuerpos de escándalo. ¿Dónde están las mujeres?", insiste Vibeke. La liana se rompe... "¿Qué ocurre? ¿Que las lesbianas tienen que ser machotes nada fashion? Si te fijas en los debates televisivos, siempre aparece el mismo estereotipo de mujer".

Las gogós de la última Lesbianow madrileña, en cambio, tenían un morbo elegante. La ceremonia era multicolor. Mujeres bailando y pasándoselo bien. Casi ni un hombre. Unas chicas gritan a las gogós: "Joder, ¡qué culo!". Después, una performance enciende los ánimos: un hombre sometido por dos mujeres...

Lejos del ambiente, las dificultades crecen. Ziortza es vasca, tiene 27 años y es educadora social. Vive en "un pueblecito". Salió del armario ante sus padres hace seis meses. "He salido sólo en un 80%, en el trabajo no puedo. La gente me dice: "¡Si no tienes pinta de lesbiana!’". Es sólo una chica normal que se defiende en una jungla de estereotipos. Una chica que espera que las lesbianas «dejen de estar en un segundo plano" en la lucha por la igualdad.

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J. Á. González y J. Rada revelan las interioridades de su trabajo en Los Reporteros.

Iconografía.

Cada persona es un mundo. Pero en el colectivo lésbico existen referentes, del mismo modo que en el de los hombres gays.

Es el caso de la cantante del grupo de rock Texas, Sharleen Spiteri. La artista mexicana Frida Kahlo, la islandesa Björk o incluso las musas Madonna o Mónica Naranjo. También la escritora Jeanette Winterson y la cantante Ani DiFranco.

Datos.

Un total de 1.591 parejas homosexuales han contraído matrimonio desde que entró en vigor la ley, hace un año, hasta el 3 de julio de 2006, según datos del Ministerio de Justicia. Sólo el 27% de estos matrimonios fueron entre mujeres. Un total de 57 parejas han pedido la adopción; en su mayoría han sido lesbianas. Sólo una de las peticiones proviene de dos hombres.

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