Son, precisamente, las obras del parking –concretamente la construcción de las entradas al piso subterráneo– las que obligarán a cortar dos de los cuatro carriles de la calle, uno en cada sentido, desde hoy hasta mediados del mes de agosto.
Bilbao tapona así un nuevo acceso, uno de los más importantes de la ciudad, con más de 12.000 vehículos diarios de media, y se convierte en una ciudad amurallada por las innumerables obras.
De las seis entradas principales, sólo se libran del tapón Sabino Arana y Basurto, aunque ésta a medias, debido a la reforma de la avenida de Montevídeo.
Cuello de botella
El resto (Begoña, Santo Domingo, Enekuri y ahora Juan de Garay) sufren atascos constantes, ya sea por las obras de toda la avenida de Zumalakarregi, donde confluyen los coches procedentes de Santo Domingo y Galdakao, o por el cuello de botella que forma la bajada por Enekuri. En ese punto, se suma el arreglo de una de las paredes del túnel de Deusto.
En Juan de Garay, el Ayuntamiento ha recurrido a los meses de verano para evitar un colapso importante de la circulación y recomienda a los conductores que tomen otras rutas alternativas.
Pero todo ello hará que entradas como la de Sabino Arana, la que más tráfico soporta, tengan que absorber todavía más vehículos. Bilbao tendrá que repartirse los 132.000 coches que entran a diario, según datos de 2005.
El año pasado se observó, no obstante, una cambio en la distribución de los coches. Descendió el tráfico que entra por Sabino Arana, Basurto o el puente Euskalduna, pero subió el de Begoña, Zumalakarregi y Deusto. Los túneles de Artxanda, lejos
de ser la solución, apenas notaron un incremento de vehículos, que deben pagar 1,40 euros de peaje.
Otro corte al tráfico
Zorroza: La calle Astillero de Zorroza sufrirá entre hoy y el 31 de julio un corte al tráfico en el tramo comprendido entre Fray Juan y Estrada de Abaro. Como recorrido alternativo se recomienda ir por Estrada de Abaro, Hermógenes Rojo y Fray Juan.
Aparcamientos fuera de la ciudad
Una de las soluciones propuestas para evitar el uso del vehículo privado es la construcción de aparcamientos disuasorios. Se deja el coche fuera de Bilbao y se accede en metro, bus o tren. Pero los dos existentes en Leioa y Etxebarri no parecen surtir el efecto deseado, ya que año a año aumenta el número de coches que entran a Bilbao. Por ello, el Ayuntamiento bilbaíno ha solicitado al Consorcio de Transportes que impulse nuevos parkings disuasorios.
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