Muere el actor Robert Forster a los 78 años

Este viernes fallecía Robert Forster en su domicilio de Los Ángeles a causa de un cáncer cerebral, según recogen medios como The Hollywood Reporter. Entre los últimos trabajos de este actor de 78 años figuraba El Camino: Una película de Breaking Bad, que ese mismo día era lanzada por Netflix y donde Forster retomaba el papel que ya interpretara en la serie de Vince Gilligan.

Finalizaba así una carrera que se remontaba a 1967, cuando este actor nacido en Rochester, Nueva York, debutaba en la gran pantalla con Reflejos de un ojo dorado, compartiendo plano nada menos que con Marlon Brando y Elizabeth Taylor. Inicialmente quería ser abogado, pero su paso casual por Broadway allanó la senda para convertirse en un actor tremendamente prolífico, que alcanzaría una de sus cumbres cuando en 1997 fue nominado al Oscar por interpretar al inolvidable Max Cherry en Jackie Brown.

Antes de eso obtenía su primer papel protagonista en 1969 gracias a Haskell Wexler y su película Perspectivas, para a continuación pasar a engrosar el reparto de varios dramas policíacos dentro de TV, donde sacaba partido de su físico melancólico pero tenaz. Entre 1973 y 1974 protagonizó Historia policial y Nakia, y luego se puso al frente de una producción Disney en el film de culto (pero sonoro fracaso en su época) El abismo negro.

Esto ocurría en 1979. En la década siguiente Forster se dedicó sobre todo a películas de acción de presupuesto medio, y en los noventa afrontó la etapa más difícil de su carrera, relegado a papeles secundarios que no le otorgaban ni demasiado prestigio ni demasiado dinero, como Scanners 5 o Maniac Cop 3. No obstante, ahí estaba Quentin Tarantino para echarle una mano.

Forster siempre fue uno de los actores favoritos del famoso director de Knoxville, hasta el punto de que este quiso contratarlo ya en Reservoir Dogs, pero su papel acabó en manos de Lawrence Tierney. Más tarde Tarantino escribió el papel de Max Cherry en Jackie Brown expresamente para Forster, y cuando le pasó el guión este, consciente de su escaso estatus dentro de la industria, le dijo que "no creía que fueran a dejar que le contratara". A lo que Tarantino respondió que "podía contratar a quien quisiera".

El Oscar al que fue nominado, y que le fue arrebatado en favor de Robin Williams por El indomable Will Hunting, relanzó su carrera, y en los años siguientes protagonizó películas como El caso Slevin, Los descendientes o Yo, yo mismo e Irene. Tras haber rechazado protagonizar Twin Peaks en los noventa pudo trabajar con David Lynch hasta en dos ocasiones, primero en Mullholland Drive y luego en, precisamente, la aplaudida tercera temporada de Twin Peaks, donde tomó el papel de sheriff del pueblo.

A su vuelta en la televisión protagonizó un memorable episodio de Breaking Bad cuyo personaje había sido escrito con Max Cherry en mente y este, en la posterior película de Netflix, ha acabado suponiendo su último papel. Le sobreviven su pareja Denise Grayson y sus tres hijos y cuatro nietos.