'Warhammer', un mundo fantástico en tus manos

  • Lo que comenzó como un juego de miniaturas ha dado lugar a un universo que incluye novelas, videojuegos, cómics...
  • El fenómeno Warhammer es una fiebre que se mantiene a flote en plena crisis.
Rafa, con un juego de Warhammer Fantasy en de la tienda Quimera, de Madrid.
Rafa, con un juego de Warhammer Fantasy en de la tienda Quimera, de Madrid.
Jorge París
Rafa, con un juego de Warhammer Fantasy en de la tienda Quimera, de Madrid.

Sobre una maqueta, dos ejércitos se posicionan. A un lado, altos elfos de élite liderados por un príncipe montado en un grifo. Al otro, una horda de skavens y ratas ogro. Los jugadores se arman de dados y plantillas para medir el alcance de los disparos y hechizos, y preparan su lista de tácticas. La batalla ha comenzado, aunque ya hubiera tenido su germen en una mesa con pinturas y pinceles.

Imaginación, destreza mental, habilidades artísticas, afán de coleccionismo...  Los juegos de miniatura, que se desarrollan por turnos con un mínimo de dos personas y cuyo objetivo es la destrucción del ejército enemigo o el éxito de una misión, aúnan una gran cantidad de virtudes y dan lugar a pequeñas obras de arte. No son nuevos: se remontan al antiguo Egipto, continuaron con los soldaditos de plomo y hoy viven su gran esplendor gracias a Warhammer.

Creado en 1983 por la compañía británica Games Workshop, este juego ha crecido exponencialmente desde entonces y hoy ya cuenta con un macrouniverso con más de 5.000 figurillas diferentes, diseñadas en resinas o aleación de cinc; y toda clase de accesorios y mobiliario para maquetas, libros de expansiones y reglas, novelas inspiradas en sus mundos, juegos de rol, videojuegos e incluso cómics.

<p>Novela de Warhammer.</p>Y no solo eso. Su éxito ha dado lugar a otros juegos como Warhammer 40.000, una versión futurista de gran éxito, El Señor de los Anillos, Bloodbowl, una delirante versión medieval de fútbol americano o Battlefleet Gothic, con naves espaciales. En España ya se han creado juegos propios, de gran acogida, como Infinity, de estética manga.

Hoy es fácil encontrar una tienda de miniaturas en cada centro comercial; ejercen de escuela de pintura y organizan torneos y concursos que llegan a ser internacionales y atrapan a aficionados desde los 10 hasta los 60 años. Rafa, empleado de la tienda Quimera en Madrid y aficionado a las miniaturas desde  que tenía 11 años (incluso le pagan por pintarlas), explica que sus clientes se gastan entre 30 y 50 euros al mes, aunque hay quien llega a los 120. "Y cada vez hay más chicas —puntualiza—. Ellas tienen más paciencia para pintar y se les da mejor". Según Rafa, las miniaturas son cada vez mejores, más perfeccionadas; y hay quienes transforman sus propias miniaturas a su albedrío. Y lo mejor: la aficción por este mundo no ha sido vencida por la crisis. "El negocio se mantiene y eso es un logro en estos días", dice Rafa.

La figuras no son meros objetos decorativos: tienen nombre y una historia digna de ser contada. Y las novelas de Warhammer cuentan con su propia legión de fans. Timun Mas ha editado en España más de 150 títulos, distribuidos en unas 30 sagas y que han vendido 500.000 ejemplares desde 2004 hasta hoy. Las sagas más populares son La herejía de Horus (17 títulos) y Las Aventuras de Gotrek y Félix (12 títulos). Ambas que tendrá que competir con La sangre de Aenarion, de William King, primer título de una nueva y prometedora saga que acaba de salir a la venta.

Paso a paso: trucos para pintar un guerrero futurista

1. Preparación. Elegir un lugar con mucha luz —natural, si es posible—. La lupa es opcional y es mejor no usarla para pintar, sino solo para ver los resultados. Utilizar pinceles del nº 1 y 2, no aplastar el pincel al pintar y nunca dejarlo en el bote del agua. También se recomienda que, en verano, se guarden en el frigorífico las pinturas y el pegamento que se utiliza para unir las piezas de la figurilla, porque se secan rapidamente.

2. Imprimación. Si una figurilla tiene un color predominante es mejor dar la capa base con spray, protegiendo la mano que sujeta la pintura con una bolsa de plástico. Así se cubren por completo todos los resquicios y se ahorra mucho tiempo.

3. Pintura. Aplicarla a todo lo que no sea del color de la base: el arma, el filo de las hombreras, los ojos. etc. Diluir la pintura en agua antes de aplicarla. Para crear sombras: dar a toda la figura dos manos con pintura negra muy diluida en agua. Secar.

4. Detalles finales. Crear un degradado en la armadura con una primera capa de pintura más clara que la base, muy diluida, y una segunda capa más fuerte para fijar. Perfilar las placas con una línea fina y blanca, para simular el brillo de la luz.

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