Los primeros pasos de Renoir antes de convertirse en un maestro del impresionismo

  • Una exposición se centra por primera vez en la obra temprana del pintor.
  • Su carrera comenzó en un momento de tensión política y artística entre los dos mundos en los que se movía, la burguesía y la bohemia.
  • Destaca la recopilación de retratos que Renoir pintó de Lise Tréhot, su amante y modelo más carismática.
'El muchacho y el gato' (1868), una de las obras tempranas de Renoir incluídas en la muestra
'El muchacho y el gato' (1868), una de las obras tempranas de Renoir incluídas en la muestra
Pierre-Auguste Renoir - Musée d'Orsay, Paris/René-Gabriel Ojéda
'El muchacho y el gato' (1868), una de las obras tempranas de Renoir incluídas en la muestra

Fue uno de los fundadores del impresionismo. Con una paleta de colores suaves, pinceladas imprecisas y motivos de la vida urbana y el entretenimiento de la burguesía en los espacios naturales, el periodo impresionista de Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) ensombrece las obras de los comienzos, pero éstos sorprenden por su complejidad y belleza.

El Kunstmuseum Basel, en Basilea (Suiza), inaugura la primera gran exposición que analiza al detalle los trabajos tempranos del pintor. Renoir. Zwischen Bohème und Bourgeoisie: Die frühen Jahre (Renoir. Entre la bohemia y la burguesía: Primeros años) descubre 50 obras olvidadas y recrea los años formativos, además de incluir sus célebres pinturas impresionistas realizadas a partir de 1870.

En ese periodo evolutivo desarrolló motivos y técnicas estudiando de manera compulsiva las pinturas expuestas en el Louvre, mientras miraba de reojo las innovaciones revolucionarias del realismo de Gustave Courbet y del lenguaje pictórico arriesgado de Édouard Manet y Claude Monet.

Renoir comenzó a pintar en un momento en el que Francia vivía cambios sociales, políticos y artísticos que provocaban la tensión entre la bohemia y la burguesía -los dos mundos entre los que vivía el pintor- palpable en sus primeros trabajos.

Por un lado, era indispensable para un artista joven que su obra se expusiera en el Salón de París (la exposición oficial de arte de la Academia de Bellas Artes); por otro, Renoir y sus colegas impresionistas se rebelaron frente a la tiranía del academicismo que predicaba la institución y comenzaron a organizar exposiciones por su lado. El pintor aún oscilaba entre la pintura oficial y lo que su imaginación artística le urgía a plasmar en un lienzo.

Lise Tréhot, la amante

En la muestra del Kunstmuseum de Basilea destaca la recopilación de los cuadros que el artista pintó de Lise Tréhot, su amante entre 1865 y 1872. La convirtió en muchacha cándida, señora elegante, bañista desnuda, odalisca argelina... Con ella tuvo dos hijos que dieron en adopción, un secreto que él guardó toda la vida. Nunca pensaron en casarse: la relación terminó cuando ella contrajo matrimonio con otro hombre.

Junto con retratos de amigos artistas como Claude Monet, Frédéric Bazille y Alfred Sisley, la exposición es una oportunidad para ver los primeros ejemplos paisajísticos de Renoir, representativos de la vida moderna de la burguesía parisina, que disfrutaba de las actividades al aire libre en los entornos campestres más cercanos a la capital francesa.

Los retratos, paisajes y naturalezas muertas de la exposición proceden de préstamos de grandes museos como el d'Orsay de París, la National Gallery de Londres o el Metropolitan de Nueva York. Además, los organizadores rescatan del anonimato cuadros de colecciones privadas que se pueden ver en raras ocasiones.

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