Ana Botella va a estrenar la tijera municipal y lo va a hacer de forma contundente. El próximo martes 27 de marzo, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, que la alcaldesa preside, aprobará un profundo plan de ajuste que, según confirmó a 20minutos.es el propio consistorio, provocará recortes en todas las áreas de gobierno.

Aunque el Área de Hacienda explica oficialmente que el plan no está cerrado, otras fuentes municipales detallaron que todos los servicios serán objeto de recortes con un único fin: disminuir el gasto y la inversión y asegurar la viabilidad económica del Ayuntamiento, lastrada por el hecho de acumular la mayor deuda de todos los municipios de España (6.348 millones de euros al cierre de 2011).

La plantilla de trabajadores municipales también cargará con las consecuencias. Según confirmaron este jueves los responsables del área de Personal a los miembros de la mesa general del Ayuntamiento (CC OO, UGT, CSIF y CGT), el capítulo 1 del presupuesto, que refleja las retribuciones de los funcionarios, mermará igual que el resto.

Hacienda elude dar detalles al respecto porque el plan no se presentará hasta el próximo martes, pero admite que, para empezar, la jornada laboral de los empleados públicos pasará a ser de 37,5 horas semanales. Así lo aprobará en próximas fechas el Gobierno de Mariano Rajoy.

CCOO y UGT advierten que eso supondrá saltarse el convenio laboral que Alberto Ruiz-Gallardón firmó el pasado 22 de diciembre, justo antes de ser nombrado ministro de Justicia. Entonces, y mientras su compañera Esperanza Aguirre imponía sin negociación las 37,5 horas en la Comunidad, Gallardón blindó la jornada de 35 horas a nivel local a cambio de cancelar, entre otras, las subidas de salarios.

El plan de recortes no entraba en los planes de Botella, sino que es consecuencia de su adhesión al plan especial lanzado por el Gobierno central para que las corporaciones locales paguen a sus proveedores.

En concreto, el Ayuntamiento ha reconocido tener 16.712 facturas impagadas con 1.700 empresas por valor de 1.017,5 millones de euros a 1 de enero de 2012. A cambio de recibir el aval del Estado y optar a préstamos bancarios a devolver a 10 años con un interés del 5% para poder abonarlas (lo que hará crecer aún más la deuda financiera), el Consistorio se comprometía a elaborar un plan de viabilidad para sanear sus cuentas.

Botella y su equipo ya han comenzado a poner en marcha medidas imaginativas como contratar voluntarios en las bibliotecas municipales para asegurar la prestación de los servicios públicos. La propia alcaldesa anunció hace una semana un plan para vender edificios patrimonio del Ayuntamiento para poder pagar la deuda heredada de su antecesor. También ha cancelado promesas electorales como eliminar los 'escalextric' y aumentar las peatonalizaciones la zona centro.

El Ayuntamiento también quiere adelgazar la plantilla de personal interino y los contratos temporales, por lo que para Pedro Delgado, representante de CC OO en el Ayuntamiento, el plan de viabilidad es solo "la excusa perfecta para empezar a desmantelar la plantilla y los servicios al ciudadano".

Este nuevo plan de recortes ahondará en los que Gallardón ya realizó al presentar sus últimos presupuestos municipales en noviembre de 2011.

Entonces, el mantenimiento de vías ya sufrió un 'tijeretazo' por encima del 40%. La partida de limpieza urbana mermó un 75%. Las fiestas, la Cabalgata y los Carnavales perdieron un 11% y los distritos tuvieron que prescindir de un 6% de sus fondos. Hasta ahora, las únicas áreas intocables han sido Seguridad y los Servicios Sociales.