"No hay que relajarse. Estamos al mismo nivel de amenaza que Francia", explica Manuel R. Torres, director del curso de Análisis del Terrorismo Yihadista de la Universidad Pablo de Olavide. "Tras la creación de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) en 2007, España es el país occidental más cercano a ellos. Y fuera de nuestras fronteras, cualquier español es un objetivo", señalan fuentes antiterroristas.

Los espectaculares ataques terroristas de Mohamed Merah, el joven franco argelino de 23 años que asesinó a siete personas en Francia (tres de ellos niños), y que fue abatido este jueves tras parapetarse en su casa durante 32 horas, ha puesto de relieve que la amenaza del terrorismo yihadista es real. "Nuestra debilidad actual es que hay un cierto relajamiento social en este tema", afirma Torres.

No policial. Aunque las estadísticas hablan de una disminución en el número de operaciones y detenidos (319 arrestos entre 2004 y 2008 y solo 85 desde ese año), la alerta no ha decrecido. "Ahora hay más recursos de inteligencia y más capacidad de prevención", explican las fuentes antiterroristas.

Y es que en España no hay en la actualidad células de Al Qaeda operativas, "pero sí gente afín". Nuestro país es escenario de adoctrinamiento yihadista, captación de fondos para la Yihad y reclutamiento de terroristas, "aunque este último punto es lo más debilitado hoy en día".

Obviamente hay zonas calientes, donde la doctrina más radical florece, como Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid, algunos zonas del País Vasco y el florecimiento "de esa doctrina radical, la más salafista, en una provincia como Ávila, la provincia de Castilla y León con una comunidad islámica muy incipiente".

De hecho, Merah, el pistolero francés, estuvo el año pasado en Cataluña en un supuesto 'congreso salafista', según la Cadena Ser. Solo está confirmado que estuvo en noviembre del año 2007.

Tampoco hay que olvidar las prisiones, caldo de cultivo del yihadismo. "En ese ambiente, tan cerrado, es muy fácil la captación. Y lo único que se puede hacer es prevenir, porque las ideologías no son delito. Y menos en una prisión".  Eso sí, los datos no son excesivamente alarmantes.

El año pasado había en las cárceles españolas 7.700 presos procedentes de países musulmanes, de los que solo un 2% mostraban "conductas radicales islamistas", según datos del ministerio del Interior. Los internos implicados en delitos de terrorismo no llegan a los 60, cuando en el año 2007 había por ejemplo solo preventivos a la espera de juicio 116.

El grupo Los Soldados del Califato, vinculado a la red terrorista Al Qaeda, se atribuyó este jueves la matanza cometida el lunes en una escuela judía de Toulouse por Mohamed Merah. En España hay actualmente cuatro movimientos islamistas, según el último análisis (enero de 2012) del Instituto Español de Estudios Estratégicos.

Se trata de los Hermanos Musulmanes, Justicia y Espiritualidad, 'Takfir wal-Hijra' y 'Yama'a al-Tabligh al-Da'wa'. Y aunque estos grupos condenan generalmente la violencia, "pueden sembrar una serie de mensajes contrarios a los sistemas democráticos o incluso que pudieran perseguir la radicalización".

Quizás el más radical sea Takfir wal-Hijra, traducido literalmente del árabe como Anatema y Exilio. "Para algunos expertos, Takfir wal-Hijra representa un precursor de la propia Al Qaeda", explican los analistas en seguridad y terrorismo José María Blanco Navarro y Óscar Pérez Ventura.

Lo que está claro es que 'Takfir wal-Hijra' se ha asentado en España. Unas seis mezquitas de Barcelona y Valencia, dirigidos por imanes marroquíes y argelinos practican el proselitismo y captan a nuevos seguidores, utilizando como señuelo la formación religiosa.

Fuera de nuestras fronteras, lo sucedido en Francia es un serio aviso. Los expertos consultados señalan Reino Unido y Alemania como escenarios más plausibles de nuevos ataques terroristas que puedan imitar lo sucedido en Toulouse. "Por la población de origen musulmán que tienen y por los antecedentes".