Una videocámara y 300 balas, las claves del asalto al apartamento del pistolero de Toulouse

Una imagen de un vídeo en el que aparece Mohamed Merah, el autor confeso de los asesinatos de Toulouse.
Una imagen de un vídeo en el que aparece Mohamed Merah, el autor confeso de los asesinatos de Toulouse.
EFE
Una imagen de un vídeo en el que aparece Mohamed Merah, el autor confeso de los asesinatos de Toulouse.

La última vez que Mohamed Merah habló con los negociadores de la policía francesa eran las 22.45 horas del miércoles. Les dijo que había cambiado de idea, que ya no pensaba rendirse y que moriría "con las armas en la mano". Así fue.

La operación que puso fin a 32 horas de cerco policial al pistolero de Toulouse comenzaba a las 10.30 horas de la mañana de este jueves con el lanzamiento de tres granadas al interior del apartamento, según ha detallado el ministro del Interior, Claude Guéant.

Las detonaciones retumbaron en el barrio residencial de esta localidad al sur de Francia, tomada por la policía y por los medios de comunicación de medio mundo desde el lunes, cuando se supo que el autor de cuatro asesinatos en una escuela judía era un asesino en serie.

Con el lanzamiento de las tres granadas al apartamento la Policía -que llevaba 12 horas sin tener noticias del presunto asesino de tres militares, tres niños judíos y un profesor rabino- quería alguna reacción del atrincherado. No la hubo. Entonces, las fuerzas especiales de la policía gala, los llamados RAID, decidieron asaltar a la fuerza el apartamento.

Los agentes especializados realizaron la incursión en el piso por una ventana y por la puerta principal. A la vez, introdujeron una videocámara robotizada para detectar presencia humana en las estancias. La cámara recorrió las habitaciones principales, sin hallar ni rastro del pistolero de Toulouse.

La policía no sabía si Mohamed Merah, un francés de origen argelino de 23 años, se habría quitado la vida de madrugada. Se habían escuchado dos disparos provenientes del interior del piso, por lo que la prensa gala barajaba dos hipótesis: o el pistolero se había suicidado o quería confundir a la Policía.

La videocámara robotizada encontró finalmente al presunto asesino escondido en el baño. Sintiéndose descubierto, en ese momento abrió la puerta y fuertemente armado comenzó a correr y a disparar a la policía, que repelió la agresión con 300 balas. Todavía Mohamed Merah pudo llegar hasta un balcón, desde el que cayó, ya muerto, al suelo. El asesino murió de un tiro en la cabeza en plena operación de asalto, según el fiscal jefe de París, François Molins.

Las ráfagas de los disparos se escucharon nitidamente durante varios minutos en todo el barrio. Tres agentes de las fuerzas especiales resultaron heridos en el intercambio de balas. El ministro del Interior decía minutos después y en el lugar de los hechos que había sido una operación "muy delicada y peligrosa". Es más, según le dijo al ministro un experto de la policía, nunca se había visto un asalto "tan violento".

"Como un videojuego"

Merah "disparaba como en un videojuego" a los agentes, según relató Didier Durand, portavoz de la policía. "Nunca habíamos visto nada igual. Disparó a todas partes (...) "como en una película, como en un videojuego", declaró a la prensa Durand tras la operación de los cuerpos de élite de la policía francesa.

Según el relato de los agentes, el presunto homicida disparó con una ametralladora, aunque tenía otras armas. Otros agentes que participaron en la operación comentaron tener los chalecos antibalas llenos de disparos, aunque solo dos han resultado heridos y sus vidas no corren peligro.

Medidas contra la apología del terrorismo

Poco después del fin de la operación, el presidente de Francia y candidato a su reelección, Nicolas Sarkozy, compareció en directo en televisión desde el Palacio del Elíseo para anunciar una reforma legislativa con medidas penales contra quien haga "apología del terrorismo" y contra quienes viajen al extranjero para adoctrinarse en ese tipo de ideologías.

Mohamed Merah, que trabajaba como mecánico chapista, se definió ante los negociadores como un muyahidín miembro de Al Qaeda. En el pasado había sido condenado una quincena de veces por el Tribunal de Menores de Toulouse y en los últimos años había viajado a Afganistán y Pakistán, donde pudo recibir entrenamiento militar en campamentos terroristas.

"Se reprimirá la propagación de ideologías extremistas" mediante su calificación como delito en el Código Penal, dijo el jefe del Estado francés. Sarkozy, que felicitó a las fuerzas de seguridad por su efectividad, señaló también que se había hecho "todo lo posible" por capturar vivo al homicida confeso.

Agregó que "la unidad" debe ser ahora la prioridad de su país e indicó que hay una investigación en marcha para determinar si el asesino, que dijo actuar solo, tenía cómplices. En la madrugada del martes, la policía detuvo entre otros al hermano del homicida confeso, al que le decomisaron un coche con explosivos.

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