"El acceso a la información tiene que ser libre y gratis, y no por ello es de menos calidad"

Virginia Pérez Alonso, directora adjunta de '20minutos.es'.
Virginia Pérez Alonso, directora adjunta de '20minutos.es'.
JORGE PARÍS
Virginia Pérez Alonso, directora adjunta de '20minutos.es'.

No cree en el pago por contenidos ni da tregua a los que opinan que la información que se ofrece en Internet es peor que aquella que se imprime. Virginia Pérez Alonso (@virginiapalonso), periodista y directora adjunta de 20minutos.es, cree que el miedo y la crisis actual "bloquean" hoy a los periodistas, pero que los medios de comunicación, poco a poco, están encontrando su camino.

Cada vez se olvidan menos de sus lectores aunque, explica, en 20 minutos nunca fue así: "Si hace doce años me dicen que esa gestión de la información que recibíamos a través de los lectores se iba a llamar un día community manager, me hubiera reído". Este viernes recoge el premio iRedes en su categoría individual por, según la organización, "haber comprendido la transformación cultural que se requiere en las redacciones".

¿Qué nos pasa a los periodistas? Pasamos la mitad de nuestro tiempo lamentándonos; y la otra mitad, sentando cátedra.

Lo de sentar cátedra es histórico, generalmente los periodistas se han creído siempre en posesión de la verdad absoluta. Respecto a lamentarse, creo que hay ciertas razones para hacerlo. El periodismo está en medio de una revolución industrial que ha caído, además, en una de las peores crisis económicas que hemos vivido en los últimos cien años. Hay mucha precariedad, una situación bastante incierta en la mayoría de los medios, un montón de periodistas en paro y mucha indefinición. No sabemos muy bien hacia dónde vamos, así que ese lamento cabe dentro de la lógica. Lo que hay que plantearse es si nos lleva hacia algún sitio, pero me temo que no. Llevamos dándole vueltas a lo mismo desde hace diez años.

Igual es que tenemos miedo.

Esa es una de las claves: el miedo nos atenaza. Esa incertidumbre es la que lleva a la mayoría de medios a estar rezagados esperando a ver cuál es el movimiento que da la competencia para ver qué capacidad de reacción tenemos. Están bloqueados.

Dígame, en tres claves, en qué ha cambiado la manera de informar desde que usted trabaja en '20 minutos', hace más de una década.

Es difícil decirlo en tres claves, porque en realidad no ha cambiado tanto. 20 minutos ha sido pionero en múchísimas cosas, pero ahora, y probablemente con más frecuencia que antes, le damos a las informaciones un punto de vista más didáctico. Por otro lado, la comunicación con nuestros usuarios es distinta, porque las redes sociales nos lo han revolucionado todo, aunque nos hemos adaptado muy bien. Y, por último, en lo que afecta más a la web, ha nacido un nuevo género periodístico, el minuto a minuto: contar la información en el mal llamado tiempo real.

Siempre miramos hacia fuera: 'BBC', 'Al Jazeera', etc. ¿vamos en España por detrás del resto?

Yo creo que no. Tenemos muy buenos periodistas. Lo que pasa es que la información está más globalizada. Es lógico que nos fijemos en medios que realizan una cobertura mundial para ver qué nos están contando. En el caso de Al Jazeera, es normal que acudiéramos a ella cuando ocurrió la primavera árabe, porque tiene sedes en la zona, envió a periodistas e informó de forma exhaustiva. Supongo que cuando aquí tuvimos el 15-M muchos medios de otros páises nos miraron a nosotros.

'The New York Times' ha cambiado su muro de pago. Solo podrán leerse gratis 10 artículos al mes. ¿Acabaremos pagando todos?

Estoy segura de que no. Todos estamos intentando encontrar la forma de rentabilizar la información o nuestra manera de ofrecerla. Y hay mucho ensayo-error. Es posible que al NYT le funcione, pero también es posible que no. En 20 minutos nos gusta ser un medio gratuito, creemos que el acceso a la información tiene que ser libre y gratis y, en nuestro caso, no vamos a cobrar por informar. Creo que siempre va a haber información de acceso libre y gratuito y no por ello va a ser de menos calidad que la que sea de pago.

Pero el periodismo cuesta dinero.

Sí, pero hemos demostrado que se generan ingresos suficientes como para cubrir esos gastos que genera. 20 minutos lo ha demostrado. Y la mayoría de los periódicos de pago, no nos engañemos, se regalan en un montón de sitios. Es un problema de las enormes estructuras que han acarreado.

Y los sueldos son más bajos en Internet.

No es verdad, no estoy de acuerdo. Al menos en nuestro caso los periodistas web no cobran menos que los de papel. Durante unos años en otras empresas sí que ha sido así, pero creo que hoy por hoy está bastante equiparado. Esto es un problema del modelo industrial, es como si estuviéramos hablando de los astilleros o del carbón. Hacer un periódico en papel cuesta muchísimo y si además tienes que sostener una redaccíón de 400 o 500 personas, los costes se te disparan.

¿Solución?

Cada cual tendrá que encontrar su público objetivo o su área de información en la que sea un experto o en la que consiga alcanzar la excelencia. Cuando veo las redes de corresponsales de los grandes periódicos en España me pregunto si eso es necesario. A mi me encantaría tener corresponsales, pero cuando las nuevas generaciones que empiecen a leer medios quieran saber algo de Argentina, probablemente se irán a un medio argentino, no creo que vayan a leer la información que les está contando el corresponsal en Argentina de un medio de aquí. Los medios en nuestro país se han ido definiendo cada vez más en el último año y, obviamente, en el momento en el que reduces el volumen de información que estás produciendo, mengua la estructura. El coste industrial de hacer un diario en papel seguirá siendo elevadísimo ahora, mañana y pasado. Este debate lleva vivo desde hace un montón de años y la crisis va a acelerar ese final del que todo el mundo habla.

¿Y cómo se le explica eso, por ejemplo, a una persona que espera que alguien cubra de nuevo el hueco de 'Público'?

Estamos en un momento de cambio. Hay una generación o dos que todavía están acostumbradas a ir al kiosco y en algunos sectores todavía se tiene la percepción de que la información en web no es de la misma calidad, aunque creo que cada vez ocurre menos. Los jóvenes entre 20 y 30 años no van a necesitar un periódico en papel, porque la información en Internet va a estar absolutamente atomizada. Lo que realmente tenemos que entender desde los medios es que la gente ya no se va a informar solo a través de nosotros. Tenemos que saber llegar a los sitios a los que las personas van a ir a buscar esa información: las redes sociales, ciertos blogs, etc.

¿Qué le aportan las redes sociales y que aporta usted?

Me gusta mucho Twitter, creo que es una herramienta periodística de primer orden. Y trasteo en el resto para ver qué se cuece, cómo funcionan, qué nos pueden aportar y qué podemos aportar nosotros; pero reconozco que Facebook no me engancha y que a Google Plus todavía no le he encontrado la esencia. Twitter me aporta inmediatez, información, contacto con fuentes y con personas dentro del sector, algunas de las cuales termino conociendo. ¿Qué aporto yo? Mis valoraciones, que a alguien le interesarán. Lo veo como un medio para opinar o dar puntos de vista que en mi medio no quiero que se reflejen de esa manera. Creo que aporto frescura, porque mezclo lo personal con lo profesional.

Hay medios que se han puesto muy estrictos con eso y vigilan a sus redactores.

No estoy de acuerdo con eso. Creo que la libertad y la independencia son la base del buen funcionamiento de una empresa periodística y, en general, en todas las facetas de la vida. Ponerle puertas al campo es un error, lo que tiene que primar es el sentido común. Te puedes encontrar con gente que mete la pata, claro, pero habrá que explicarles que eso no se hace así. Pensar de entrada que las redes sociales va a suponer un perjuicio para tu medio si se usan de una determinada manera es un error, aunque es lógico que haya recelos. Las redes son el equivalente al bar: hablas con quien te encuentras y te apetece, solo que tiene una repercusión mayor, y con ese cuidado hay que usarlas.

¿El futuro de las redes sociales pasa por lo audiovisual?

A mi lo de la bola de cristal se me da un poco mal. La clave estará en la capacidad de adaptación que tengamos todos para ir absorbiendo lo que ocurre a nuestro alrededor, y eso no solo está pasando en la calle, está pasando en Internet, la otra calle. Cuando venga lo veremos.

Esta semana verá la luz el anteproyecto de ley de Transparencia, ¿nos lo podemos creer ya?

Hasta que no lo vea no lo creeré. Estoy deseando ver qué es lo que va a contener esta ley y en qué se va a parecer a otras. Es un paso importante, así que vamos a leerla e intentar entenderla y aprovecharla al máximo. Ya llegará el tiempo para las críticas.

¿Deberíamos los periodistas volver a ser un incordio para los políticos y las instituciones? ¿Nos hemos relajado?

Todo se ha pervertido un poco, está desvirtuado. Se ha perdido de alguna forma la esencia del periodismo, que debe ser un servicio público y una herramienta de control al poder. Pero es que cuando tienes medios de comunicación que están al servicio de unos u otros poderes, termina pasando lo que estamos viendo. No es un patrimonio exclusivo de España, aunque aquí nos parece muy sangrante, y más viviendo en Madrid. Ese control de los poderes públicos debería ser el eje de nuestro día día en vez del modelo de negocio. Es algo similar a lo que cuenta Naomi Klein en La doctrina del shock. Van creciendo árboles a nuestro alrededor que al final nos impiden centrarnos. Pero no crecen espontáneamente, nos los van poniendo. El cambio debe partir de un ejercicio individual.

Huelga el 29-M, primer aniversario del 15-M... esta primavera podríamos revivir lo que ocurrió el año pasado, ¿estarán, esta vez sí, los medios a la altura?

Lo del año pasado fue una lección y todos los medios están ahora mucho más alerta. Además, el clima económico es casi más complejo. Pero no estoy tan segura de si la repercusión, a nivel de movimiento, va a ser la misma. En 2011 fue espontáneo y pilló a todo el mundo por sorpresa, sobre todo en un país como España, en el que hay tan poca tradición de movilizaciones a lo grande. Esa pérdida de espontaneidad le va a quitar un poco de prestancia.

¿Le ha puesto alguna vez un lector en su sitio?

Sí, muchas veces (risas). Y yo encantada. Una de las cosas que nos da Internet ahora es que nos pone cara a cara frente a los lectores. A nadie le gusta que le estén diciendo lo que hace mal, pero es que hacemos cosas mal, incluidos yo misma y mi medio, aunque nos esforzamos por lo contrario. Me preocuparía tener lectores que no nos dijeran nada. Lo sano y responsable es reconocer inmediatamente que te has equivocado, rectificar y hacerlo público.

¿Nos olvidamos de los lectores a veces? ¿o cada vez menos?

Cada vez menos. Si hablamos de 20 minutos nunca nos hemos olvidado. Y además tenemos una cierta capacidad de autocorrección. Puede haber un momento en el que nos relajemos, pero enseguida hay alguien que retoma el rumbo. Creo que en el resto de medios cada vez están más pendientes de sus lectores, pero no es una cosa fácil y no puede ser una moda, porque se nota. Nosotros nos llamamos el medio social, aunque lo éramos ya hace doce años en papel. Si a mi entonces me dicen que esa gestión de la información que recibíamos a través de los lectores se iba a llamar un día community manager, me hubiera reído.

¿En qué consiste el giro que va a dar '20 minutos' en papel?

Está repensando su modelo, que entiendo que es la obligación de cualquier medio que ahora mismo tenga una edición impresa. La idea es lanzarlo en unos meses. Probablemente no cuente las noticias de ayer, que todo el mundo ha visto en la televisión, oído en la radio o leído en Internet. Tendrá temas de análisis y una estructura bastante diferente que va a sorprender, pero no puedo dar muchos más detalles ni soy la persona más apropiada. Hay un equipo trabajando en ello.

¿Qué debe caracterizar a un periodista que trabaje ahora mismo en cualquier redacción web del mundo?

Primero, que sea periodista. Y con eso me refiero a que los valores periodísticos no se pueden perder nunca. Con esa base, creo que son fundamentales la curiosidad y la inquietud; ahora más que nunca, porque no solo tenemos que estar alerta de lo que pasa en la calle, sino en nuestra propia profesión. Hablo de la tecnología, de las herramientas. El que no tiene curiosidad por lo que se está cociendo va a estar muy perdido.

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