Retrotecnología: el triunfo de los aparatos modernos con apariencia 'vintage'

No, no todas las marcas de electrónica luchan por lanzar la pantalla de televisión más fina, ni el equipo de música más sofisticado. Para cada vez más gente, tiene su gracia atontar un poco el teléfono inteligente (smartphone), instalándole un reproductor de música que nos traslada a días de música analógica: como cantaba Radio Futura (hace treinta años), el futuro ya está aquí, pero quizá sea más amable si lo disfrazamos de antiguo.

El teléfono de Apple, para muchos, sinónimo de modernidad, también tiene su cara retro. Por ejemplo: a través de una funda de goma. Cada vez vemos más fundas que, además de proteger el aparato, imitan a una vieja cinta de casete, de esas que se inventaron en 1963 y que musicalizaron nuestra juventud, llenaron nuestras estanterías de estudiante y embarullaron la guantera de nuestro primer coche. Se trata de un simple disfraz: por poco más de 10 euros, el moderno móvil se convierte, visto por detrás, en una de esas legendarias TDK, Maxell o Basf.

Para complementarlo, nada mejor que instalar un software retro. Una aplicación, llamada That’s my jam, convierte la pantalla del móvil o el iPad en un antiguo reproductor de casete. ¿Cómo? Las teclas de control imitan a viejos botones, y vemos cómo una cinta magnética virtual se desplaza ante nuestros ojos. Otra aplicación divertida es Calcopac, que introduce en nuestro teléfono una de esas viejas calculadoras, estilo Casio, que siempre regalaba alguien por la Primera Comunión.

¿Suficiente? Para muchos, no. Porque el teléfono sirve, sobre todo, para hablar. Y para eso están iDial y un auricular retro universal: la primera es una app que nos permite marcar números a la antigua usanza, desplazando el dedo para discar con melancolía, y el segundo se lo hemos visto a Lenny Kravitz y cada vez a más gente por la calle: el célebre pinganillo se transforma en todo un auricular colorido, como el que sujeta la chica de la foto.

Fascinados por series como Mad Men, muchos han caído rendidos al llamado vintage chic, que aboga por decorar las casas al estilo de los años cincuenta. Para lograrlo, lámparas, sofás o sillas no son suficientes: quizá el toque definitivo venga a través de un televisor con apariencia clásica o un engañoso equipo de música retro.

Si quieren lo primero, visiten la web de Predicta (www.predicta.com): se quedarán con la boca abierta. La marca emplea tecnología moderna y compatible con cualquier periférico actual, pero apuesta por una estética futurista... de hace medio siglo.

En cuanto al sonido, hasta las grandes marcas miran de reojo a diseños de hace décadas. Sony, por ejemplo, tiene en su catálogo varios nuevos modelos (echen un vistazo a las SRF-18 y XDR-S16DBP) con un parecido más que casual con las radios de cuando éramos niños. No es la única: la Teac SL-D900 parece de otra época, pero incluye reproductor de CD y entrada USB, y páginas de regalos en Internet como yoloflipo.com ofrecen decenas de equipos de música vintage.

Nos queda la fotografía: enseñar cámaras llenas de botones, menús y opciones ha dejado de ser cool. Hace unos años, la complejidad seducía: ahora se lleva lo simple, básico y resistente.

Buen ejemplo son algunos nuevos modelos de cámaras, como los presentados a lo largo de estos años por marcas de referencia. Fuji tiene en su catálogo varias. La X-Pro 1 ofrece todas las ventajas de la tecnología actual, pero su aspecto es el de las cámaras con las que nuestros padres inmortalizaban nuestras vacaciones. A otras dos cámaras de la misma marca, la FinePix X100 y su hermana pequeña, la X10, las avala una larga trayectoria comercial; Olympus acaba de mostrar la OM-D EM-5 y muchos sueñan con conseguir la preciosa Leica X1.

¿Se acuerdan de Polaroid? Pues sí, la celebérrima marca de cámaras instantáneas sigue peleando por sobrevivir con la más que accesible 300. Fíjense si estará de moda, que la responsable de su estética es, nada más y nada menos, que Lady Gaga.

Internet es un buen lugar para encontrar tecnología retro. La web retroregalos.com, por ejemplo, es un portal lleno de tiendas y empresas dedicadas a este negocio. Popland.com, que tiene dos tiendas físicas en Madrid y una en Valencia, también ofrece un completo bazar donde encontrar productos relacionados con décadas pasadas. La cantidad de blogs relacionados con el tema es todavía mayor: retrothing.com, por ejemplo, puede hasta arrancarnos una lagrimita nostálgica con cualquiera de sus secciones.