Los precios de los carburantes están en máximos... y subiendo

Un hombre echa gasolina a su coche.
Un hombre echa gasolina a su coche.
GTRES
Un hombre echa gasolina a su coche.

Los surtidores de gasolina españoles marcan estos días precios nunca vistos. Así, el litro de gasolina súper de 95 octanos cuesta ahora 1,45 euros de media, su máximo histórico, que supone un encarecimiento del 9,8% en el último año, según los datos del Boletín Petrolero de la UE. En el caso del diésel –con el litro a 1,39 euros–, si bien no se superan los precios más altos de la historia, sí se acumula una subida del 4% desde enero.

Da igual que haya caído el consumo de carburantes un 8%, o que el barril de Brent, referencia en Europa, esté casi 20 dólares más barato que en 2008. La gasolina no baja, y según los expertos consultados por 20 minutos, en un plazo medio se mantendrá en estos niveles o incluso subirá.

El ciudadano de a pie tiene la sensación de que los precios enseguida se actualizan al alza cuando sube el petróleo, pero nunca o casi nunca cuando baja. ¿Por qué sucede esto? Influyen al menos tres factores: "Primero los impuestos, que cada vez ocupan un porcentaje mayor del precio final –entre el 55% y el 60%–, por lo que el efecto de la variación del precio del petróleo es cada vez menor" tal como indica Daniel Lacalle, gestor de petróleo y energía en Londres.

Por si fueran pocos el IVA, el de hidrocarburos y el de venta minorista, el Gobierno estudia implantar un gravamen adicional para costear el déficit tarifario, el llamado ‘céntimo verde’, que supondría una recaudación adicional de 2.500 millones anuales, y "un rejón de al menos 10 céntimos de euro por litro", estima Lacalle.

Otro sobrecoste es político: "En España hay un número excesivo de refinerías –que se mantienen porque el Gobierno entiende que son ‘estratégicas’–, lo que ha generado un sistema de refino ineficiente, sobredimensionado y caro", opina Lacalle. Así, aunque los precios del crudo Brent bajen, parte del margen se pierde por el coste de las refinerías. Tal es la situación que las petroleras compran productos ya refinados directamente de China.

Además de los costes ‘estructurales’, están los coyunturales. A corto plazo, el precio está influido por las preocupaciones sobre Irán, país del que España es el principal importador. Todas las tensiones árabes vividas desde el año pasado "generan muchas interrupciones de suministro; este hecho, en un entorno en el que la oferta es escasa y la demanda creciente, sube los precios", señalan fuentes de la Comisión Nacional de la Energía.

Así, por ejemplo, en los países saudís, la población reclama más y mejores servicios públicos "que se pagan con el petróleo; de hecho, Arabia Saudí ya ha anunciado que no va a vender crudo por menos de 100 dólares el barril", indican estas mismas fuentes. El duro entorno geoestratégico se complica además con la crisis del euro.

La crisis europea ha perjudicado el tipo de cambio, y como el crudo se paga en dólares, también ha supuesto y supondrá en los próximos meses un incremento en el precio de la gasolina.

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