El que ha sido director del Teatro Español durante los últimos ocho años, Mario Gas, ha pactado con el delegado madrileño de las Artes, Fernando Villalonga, y con el responsable de la programación de las salas del Ayuntamiento, Natalio Grueso, una "salida civilizada" de ese coliseo, que abandonará el 30 de julio.

"Cambian las estructuras y es lógico que quieran cambiar. El nuevo equipo de gobierno -del Ayuntamiento- quiere un equipo nuevo", ha detallado como único motivo en una multitudinaria rueda de prensa, aunque ha asegurado que "esta decisión tira por tierra extrañas teorías de contratos blindados e irregularidades". "He intentado ser fiel a uno mismo".

Tras detallar largamente lo que han significado estos ocho años para el teatro y para él mismo, Gas ha querido referirse a las "insidias" que ha tenido que "leer y escuchar" las últimas semanas respecto a su contrato y su sueldo, prorrogado por otros cuatro años por la que era la anterior responsable de las Artes, Alicia Moreno.

"Se ha vendido que el mío era un contrato blindado hasta diciembre de 2015 y que yo costaba cuatrocientos mil no sé cuantos euros. La verdad es que, como ocurrió en la anterior prórroga, en la cláusula octava o novena se establece que puede romperse por ambas partes avisando con tres meses", ha dicho.

Gas, que seguirá dedicándose al teatro pero que no quiere presentarse a ningún concurso público para dirigir instituciones como el Teatro Nacional de Catalunya, ha asegurado que, "comparado con otros," su sueldo es "nimio", y que le "repugna" hablar del asunto porque nunca "ha robado un céntimo a nadie".

Preguntado por su sueldo, Gas ha afirmado que es "coherente dentro de lo acostumbrado a pagar". "Nunca he engañado a nadie", ha confesado el dramaturgo, que llevaba ocho años al frente del Teatro Español.

"No me siento frustrado. Han sido ocho años intensos. No me gustan algunas cosas publicadas pero voy a colaborar porque por encima está el teatro". "Nunca me he sentido prorrogado en cuatro años", ha alegado el dramaturgo.