El órdago que Rajoy lanzó a inicios de marzo en Bruselas sobre el tapete europeo se quedó este lunes a medias. Allí desafió los poderes comunitarios y fijó unilateralmente el objetivo de déficit español para 2012 en el 5,8% del PIB, frente al 4,4% que le exigían. Para enfriar los ánimos, aseguró que en 2013 lograrían alcanzar el objetivo final: el 3% marcado en el Pacto de Estabilidad para 2013.

En Bruselas, en la jornada de este lunes, tocaba defender el todo o nada ante los socios europeos. El encargado de convencerlos era el ministro de Economía, Luis de Guindos. Quizás la foto con el bromista Juncker fue una premonición de lo que pasaría después.

Los ministros de Finanzas de la zona del euro exigieron a España que limite su déficit al 5,3% del PIB este año, es decir, que haga un aumento adicional del 0,5 %, que equivaldría a unos 5.000 millones de euros más de recortes.

La Comisión Europea que se mostró visiblemente molesta con el anuncio unilateral de Rajoy, aceptó finalmente los argumentos españoles para justificar la imposibilidad de llegar al 4,4 %.

Ni para ti, ni para mí, es decir, podrá superar el techo del 4,4% fijado inicialmente, pero tendrá que realizar un esfuerzo superior al del 5,8% que propuso Rajoy. Los socios europeos consiguieron, de esta forma, mostrarse comprensivos con España y no aparecer como 'blandos' ante el resto de los países en problemas.

"El Eurogrupo considera que la corrección a tiempo del déficit excesivo debería asegurarse con esfuerzos adicionales adelantados del 0,5 % del PIB, más allá de lo que ya han anunciado las autoridades españolas", señalo el Eurogrupo en un comunicado.

Su presidente, Juncker, aseguró que el Gobierno español ha mostrado su disposición a considerar esta petición en el proceso de elaboración del presupuesto. "La cifra anunciada previamente del 5,8% está muerta", ha dicho.

Más allá de las cifras, los socios europeos advirtieron a España que debe demostrar que sigue aplicando medidas correctoras sobre su excesivo gasto, y que el objetivo de 2013 debe ser mantener el techo de déficit en el 3%.

Juncker reconoció el "progreso sustancial" logrado hasta ahora con las reformas estructurales para fomentar el empleo y el crecimiento, pero destacó que necesitará ser completado con más esfuerzos en los mercados de productos y servicios.

Por último, los ministros de Economía de la eurozona le dieron un aviso al gobierno de Rajoy sobre el control de la deuda autonómica, pidiendo que aplique "estrictamente" los mecanismos previstos en la nueva ley de estabilidad presupuestaria para controlar la ejecución fiscal "en todos los niveles de la administración".

El ministro Luis de Guindos, que al inicio de la reunión aseguró que "España va a compensar lo que no se hizo el año pasado en términos de ajuste estructural", abandonó el cónclave sin hacer declaraciones.

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, había descartado anteriormente de forma vehemente que España pudiera seguir el mismo camino que Grecia por su alto déficit, al afirmar que el caso griego es "totalmente único" y, además, Madrid ha hecho "grandes esfuerzos" que también reconocen los mercados financieros.

"Por supuesto que no, por supuesto que no. Grecia es realmente un caso totalmente único", indicó Schäuble al ser preguntado si, por el alto déficit, España se puede convertir en otra Grecia. "España ha hecho grandes progresos. Eso lo ven también así los mercados financieros", dijo Schäuble antes de reunirse con el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.

Según Schäuble, "naturalmente todos estamos todavía en un camino difícil, pero la experiencia y los acontecimientos de las últimas semanas y los últimos meses han demostrado que estamos en el camino correcto y todos estamos determinados a seguirlo con éxito".