La Puerta del Sol y la estación de Atocha acogieron este lunes los homenajes institucionales del Gobierno de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de la capital en recuerdo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004. Los actos no lograron reconciliar a las asociaciones de víctimas, más enfrentadas que nunca después de que el fiscal general del Estado haya ordenado praticar nuevas pruebas sobre uno de los trenes que explotaron en Atocha.

A las 9.00 horas, Esperanza Aguirre y Ana Botella colocaban una corona de laurel bajo la placa situada en fachada de la Real Casa de Correos (sede del Gobierno autonómico) en presencia de los consejeros regionales, la oposición y los representantes de los cuerpos de emergencias que atendieron a los afectados el día del ataque. Una hora después, la alcaldesa repetía el gesto en el monumento a las víctimas situado en la estación de Atocha.

Por primera vez en ocho años, los actos conmemorativos se celebraron no el mismo 11-M, sino un día después. Aunque las asociaciones de víctimas mantuvieron sus actos, las administraciones públicas prefirieron postergarlos 24 horas para no coincidir con la manifestación convocada por los sindicatos contra la reforma laboral aprobada por el Gobierno central.

Esta coincidencia dejó patente la división entre las asociaciones de víctimas, que se materializó en celebraciones separadas y cruces de declaraciones.

El enfrentamiento se reprodujo este lunes. La Asociación 11-M de Afectados del Terrorismo, que preside Pilar Manjón y que denuncia cada año ser excluida de las ayudas oficiales de la Comunidad de Madrid, acudió al acto organizado en Sol, pero denunció que no se invitó a sus representantes a subir a la tribuna. El domingo, Majón había criticado a los "conspiranóicos" que exigen seguir investigando la causa. Antes, había exigido que no se utilizase a las víctimas como "arma arrojadiza" contra los sindicatos.

Sí estuvieron presentes este lunes, en cambio, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M y la Fundación Víctimas del Terrorismo. Los ministros de Educación, José Ignacio Wert, de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, les acompañaron.

El domingo, ningún representante del PSOE ni de IU acudió a los actos de la AVT. Los socialistas sí lo habían hecho mientras estuvieron en el Gobierno. La asociación de Manjón tampoco contó con el respaldo de ningún cargo del Gobierno o del PP.

Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT, la asociación más próxima al PP, culpó este lunes al PSOE y a los sindicatos de provocar la división entre las víctimas del terrorismo. "Ellos ahora dicen que los muertos son los suyos. Nunca han tenido muertos porque nunca han estado con nosotros", denunció en palabras recogidas por la agencia Europa Press.

La presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Ángeles Domínguez, respaldó la tesis de que quedan cosas por investigar y criticó a los sindicatos por convocar una manifestación el día del aniversario de la tragedia: "No se puede mezclar churras con merinas. Creo que es nuestro día y los sindicatos se pueden manifestar en otro momento".