Las prostitutas de Zúrich podrán vender sus servicios en una zona específica de la ciudad y contar con unos reservados donde protegerse de las inclemencias del tiempo y de las eventuales agresiones de los clientes, según ha sido aprobado este domingo en referéndum.

Los votantes han dicho 'sí' a este proyecto sensible con 46.545 votos contra 41.883, es decir una mayoría del 52,6% en una votación donde la participación ha alcanzado el 41,8%. Con la aprobación se autoriza la creación de un drive-in para prostitutas, una zona acotada para los clientes y sus vehículos en la que se puedan prestar servicios sexuales de una manera más segura y controlada.

La iniciativa tenía también por objetivo eliminar la prostitución de la céntrica avenida Sihlquai, junto al río Sihl, una zona residencial y de negocios por el día que por la noche se transforma en una especie de 'barrio rojo', con atascos de madrugada incluidos.

Los vecinos de la zona y quienes trabajan en el barrio se quejan de que por la mañana las calles aparecen 'sembradas' de preservativos usados, dejados la noche anterior por decenas de hombres que acuden cada noche en busca de sexo a cambio de dinero.

La prostitución es legal en Suiza, y lo habitual en sus grandes ciudades es que haya zonas acotadas donde las profesionales del sexo, previamente registradas, pueden ejercer su trabajo. Siguiendo el ejemplo de ciudades de Alemania y Holanda, la iniciativa pretende que dejen el centro de la urbano y acudan a trabajar a las afueras de la ciudad, en un centro que comenzaría a funcionar a partir de 2013 con horario de siete de la tarde a tres de la madrugada.

El proyecto consiste en construir una especie de avenida en la que prostitutas y clientes pudieran circular libremente, con una serie de reservados donde llevar a cabo la transacción, equipados con duchas y sanitarios, y también con un botón de alarma para el caso de que la prostituta se sienta amenazada su integridad.

También contarán con la asistencia permanente de un ginecólogo y con apoyo psicológico. La policía municipal será la que vigilará que no haya altercados y controlará a los clientes agresivos. Las prostitutas ven la iniciativa con buenos ojos, porque consideran que estarán mas protegidas que en la calle.

Ahora el gobierno local deberá invertir unos 2,4 millones de francos suizos (2 millones de euros) en la construcción de las instalaciones y otros 270.000 francos anuales en su mantenimiento.