Juzgan a un hombre acusado de disparar a un vecino con el que discutió por el volumen de la música

El procesado afirma que el arma se disparó tras varios golpes y sostiene que no pretendía lesionar a su vecino
Ciudad De La Justicia De Valencia
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EUROPA PRESS
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La sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia juzga desde este jueves a un hombre acusado de disparar con una escopeta a un vecino con el que mantuvo una discusión por el volumen de la música. El procesado ha reconocido el enfrentamiento pero ha asegurado que él no disparó. "Se disparó el arma" tras unos golpes, ha mantenido.

El hombre, quien ha aseverado que no pretendía lesionar a su vecino, se enfrenta a una pena de ocho años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, tal y como pide el ministerio fiscal, y a mantener un alejamiento de la víctima durante el periodo de 10 años.

El incidente tuvo lugar en la mañana del 30 de julio de 2009 en una finca ubicada en la calle Jacinto Benavente, en la localidad valenciana de Sagunto. Allí, la noche anterior, la víctima, que vivía justo encima del acusado, estuvo escuchando música junto a cuatro personas más. Al respecto, el procesado ha afirmado que el sonido de la música no cesó hasta la mañana del día siguiente, mientras que la víctima ha mantenido que a las 00.00 horas la apagó.

Ya por la mañana, el acusado, armado con una escopeta y en estado de embriaguez —según ha dicho—, se presentó en casa de su vecino y llamó varias veces a la puerta hasta que éste le abrió. En ese momento, ambos se enzarzaron en una discusión verbal, en la que el primero le pidió que dejara ya de hacer ruidos, a lo que el segundo le contestó: "yo en mi casa hago lo que quiero", tal y como ha contado el acusado.

Seguidamente, el vecino le cerró la puerta en su cara, con lo que él empezó a golpearla con la escopeta, y ésta "se disparó". "Yo no disparé, se disparó el arma", ha puntualizado en distintas ocasiones. El proyectil atravesó la puerta, en ángulo ascendente, e impactó contra el brazo de la víctima.

Tras ello, el procesado ha explicado que al no escuchar más ruidos, se "acojonó" y se fue a su casa. Una vez allí, un amigo suyo le recogió y se marchó de allí junto a su familia. El hombre ha insistido en que no había mantenido ninguna otra discusión anterior con la víctima, y ha asegurado que cogió el arma "para asustar", pero "nada más". "No quería lesionarle", ha dicho.

Frente a esta versión, la víctima ha puntualizado que cuando le abrió la puerta al procesado, éste le apuntó con la escopeta y le dijo "te voy a matar puto rumano". Ante ello, cerró la puerta, y éste disparó. La bala le dio en el brazo, y tras el impacto se quedó sentado en el suelo hasta que le trasladaron al hospital de Puerto de Sagunto.

Como consecuencia del disparo, ha explicado que tuvo que ser intervenido y que ahora no puede desarrollar su trabajo, puesto que era "cargador". En concreto, según los informes forenses, la víctima sufre en la actualidad rigidez en la articulación del hombro izquierdo, y ausencia parcial de movimiento del nervio radial izquierdo.

Vecinos y agentes

Los vecinos que han acudido ante el tribunal para prestar declaración han ofrecido versiones contradictorias. Algunos de ellos han asegurado que la música cesó por la noche, y otros han apuntado que paró a las 7.30 horas, o a las 10 horas. En concreto, la vecina que vivía en frente del acusado ha explicado que la noche anterior a los hechos la música no le dejó descansar. "Duró toda la noche, no faltó de nada", ha dicho.

Luego ha afirmado que en la mañana del 30 de julio oyó un ruido y salió corriendo porque pensó que había explotado una bombona de butano. En ese momento vio al acusado y se quedó parada. Éste, quien ha afirmado que no puede precisar si olía a alcohol, le saludó y se metió en su casa. También ha dicho, tras recordarle la declaración que prestó ante el juez de Instrucción, que le comentó algo así como que "ahora si que podemos dormir, se acabó el ruido".

Otra vecina del edificio ha indicado que el acusado comentó en una ocasión que un día iba a sacar la escopeta y así "se iba a acabar el ruido", ya que la víctima —según ha dicho— solía poner la música muy alta, sobretodo los fines de semana. Tras pronunciar esta frase ante varios vecinos, todos ellos se rieron al pensar que era una forma de hablar.

Por otro lado, el dueño del bar al que solía acudir el acusado todos los días, ha confirmado que el día de los hechos éste se bebió entre 10 y 12 chupitos de whisky, puesto que es la cantidad de alcohol que ingería desde hacía varios días. "Últimamente se pasaba y se iba del local tocado, mareado", ha dicho.

"no es probable"

En el turno de los agentes que elaboraron el atestado y realizaron la inspección del lugar y del arma, uno de ellos ha afirmado que no es probable que el cañón de la escopeta estuviera tocando la madera de la puerta, si no que el disparo se tuvo que producir a muy poca distancia, "a un palmo más o menos", ha agregado. Además, ha confirmado que el disparo se hizo en forma ascendente.

Por su parte, otro de los agentes ha señalado que la escopeta que portaba el acusado estaba en perfecto estado de funcionamiento y la misma "tiene un poder destructivo bastante importante". También ha dicho que en su experiencia profesional "nunca" ha visto ni ha conocido que un arma se dispare sola con un golpe, sin apretar el gatillo.

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