Con escasos conocimientos musicales y una discografía compuesta por un único álbum de estudio, Sex Pistols, la banda formada por Johnny Rotten, Steve Jones, Paul Cook y Glen Matlock (este último reemplazado poco después por Sid Vicious) consiguió cambiar la cara de la música de finales de los setenta y convertirse en uno de los grupos más influyentes de la historia del rock.

El revuelo causado en 1977 por el título de su disco (Never mind the bollocks, here's the Sex Pistols, algo así como Nos toca los huevos, aquí están los Sex Pistols) no fue más que el comienzo de toda una serie de controversias a las que dio lugar su actitud irreverente y unas letras que arremetían, entre otras cosas, contra el sistema, la monarquía y la reina Isabel II .

Pese al sonido aparentemente poco refinado, el productor Chris Thomas trabajó para que fuera más claro que el de las bandas similares.

El resultado fue un número 1 en las listas de ventas británicas, la divulgación del movimiento punk entre las masas (primero, en Gran Bretaña y, después, por el resto de Europa), la inclusión de su nombre en las enciclopedias musicales y la popularización de una forma de crítica rabiosa disparada desde la contracultura.

Ahora, varios años después del fallecimiento de Vicious y de que Johnny Rotten se convirtiera en PIL, el sello Universal Music ha anunciado que ha llegado  a un acuerdo con la formación para adquirir su catálogo.

Tras la firma, Universal pretende lanzar en 2012, y coincidiendo con el 35ª aniversario de Never mind the bollocks..., una edición extendida de ese trabajo. El reto es grande: demostrar que, en pleno siglo XXI, el sonido de las 'pistolas sexuales' y sus mensajes creados en un momento de crisis y desencanto social, comulgan con las reivindicaciones actuales, a la vez que resultan atractivos y transgresores. Todo parece indicar que, siete lustros después, lo conseguirán.