Los cuadros de Javier Riera presentan una relación con la naturaleza en su estado más puro. En cada uno de ellos, caracterizados por sus grandes dimensiones, sus pinceladas pequeñas y su colorido, se puede contemplar la influencia que los paisajes asturianos y los castellanos han dejado en su retina durante años.La exposición que lleva su nombre y que se inauguró ayer presenta la evolución de este artista en diez años de su trayectoria. Su paso de la representación más visual del paisaje a la plasmación de sensaciones y movimientos y, finalmente, a la fascinación por las formas geométricas, sobre todo las que se crean en una gota de agua cristalizada o congelada.
«En un principio pintaba paisajes cubiertos de manchas. Como si su visión estuviera interrumpida por un cristal sucio o lleno de contaminación», reconoció Riera. Él mismo añadió que después comenzó a añadir ritmos y movimiento, lo que se ve en los cuadros que aúnan la visión del mar con la del trigo. «Es un juego poético», comentó. «Lo que hice al principio no tiene nada que ver con lo que hago ahora porque he desarrollado mi propio camino, pero me ha influido mucho», finalizó.
* Sala de La Pasión. De 12 a 14 y de 18.30 a 21.30 horas. Gratis.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios