La cruz de cámaras de 'Gran Hermano': las arterias del 'reality'

  • 20minutos.es ha tenido acceso a los oscuros pasillos desde los que se graban las imágenes del 'reality show' de Telecinco: la poco conocida cruz de cámaras.
  • Se trata de un laberinto de corredores casi a oscuras en los que se abren las ventanas por las que se graban las idas y venidas de los concursantes.
  • Más curiosidades sobre la casa de 'Gran Hermano'.
Una imagen de la cruz de cámaras de 'Gran Hermano', desde las que se toman imágenes del concurso de Telecinco.
Una imagen de la cruz de cámaras de 'Gran Hermano', desde las que se toman imágenes del concurso de Telecinco.
JORGE PARÍS
Una imagen de la cruz de cámaras de 'Gran Hermano', desde las que se toman imágenes del concurso de Telecinco.

Pasear por la cruz de cámaras de Gran Hermano es lo más parecido a ser invisible y colarse en la casa de alguien. 20minutos.es ha visitado los pasillos que rodean las estancias que habitan los concursantes del espacio de Telecinco, un pasillo lleno de ventanas, espejos por el lado de la casa, por las que se graba buena parte de las idas y venidas de los habitantes de la casa más famosa de la televisión.

Es un mundo de oscuridad y susurros. Los laberínticos pasillos, que permanecen a oscuras para no romper el efecto espejo de las ventanas, adquirieron el nombre de cruz de cámaras por la distribución que tenía este espacio en la primera edición de Gran Hermano: en forma de cruz. Sin embargo, 12 ediciones y múltiples ampliaciones de la casa después, se trata de una sucesión de corredores de los que sería difícil salir sin un guía.

"Son 789 pasos de longitud", explica José Luis Larrauri, jefe de realización de Gran Hermano y amable cicerone en la cruz de cámaras para los visitantes de 20minutos.es. A groso modo, unos 400 metros lineales de corredores, separados de la casa de Gran Hermano por apenas unos centímetros de pared, en la que se abren más de 100 ventanas. Por esos pasillos, para llegar a esas ventanas, se mueven las cámaras montadas sobre trípodes con ruedas y los operadores que las manejan, para buscar los mejores ángulos e inmortalizar las andanzas de los concursantes.

Todas las ventanas están numeradas "incluso algunas tienen nombres de ciudades o de letras griegas, para poder indicar a los operadores a qué zona de la casa deben ir con la cámara", explica el realizador.

Dentro de los pasillos hay que vestir de oscuro y guardar silencio para evitar ser detectados por los concursantes. Unas cortinas negras cubren las ventanas, para evitar malas pasadas con la luz dentro de los corredores, en los que trabajan 20 operadores de cámara, que cubren las 24 horas del día, cubriendo los huecos o las perspectivas que las cámaras robóticas instaladas dentro de las dependencias no pueden cubrir. En total, 61 cámaras registran cada movimiento de los "grandes hermanos".

La sensación de asomarse a esos vanos es la de ser invisible, puesto que se puede ver a una persona a unos pocos centímetros sin que él perciba nuestra presencia. Aunque parezca que sí, que pueden ver a través del espejo. "En ocasiones viene gente y dice 'me han visto', pero no, es sólo que los concursantes se miran en el espejo, y parece que nos miran fijamente", explica Larrauri.

Y es que la sensación de cercanía es extrema. "Antiguamente, en la primera casa, las paredes entre la cruz de cámaras y la casa eran de ladrillo, pero eran poco prácticas, porque no permitían cambios", rememora Larrauri. De ahí, que ahora los muros sean de material prefabricado de unos cinco centímetros de grosor. Algunas de las paredes originales aún son visibles en el enorme complejo de naves y estructuras que rodea la casa de Gran Hermano.

Por esos pasillos transitan en ocasiones los propios concursantes, cuando salen o entran de la casa, pero lo hacen siempre con un antifaz opaco y agarrados al hombro de un miembro de la organización, que no le dirigirá la palabra durante todo el recorrido. El contraste es extremo: dentro de la casa, lujo, colores, comodidades y una intensa luz. Fuera, en la cruz de cámaras, austeridad, oscuridad y trabajo.

Al caminar, a pesar de la oscuridad, apenas rota por una tenue luz ultravioleta, es imposible no fijarse en los carteles que coronan cada una de las ventanas. L1, L2, Bilbao, Alfa 1... todos los huecos de grabación están numerados para poder dar indicaciones a los operadores de cámara sobre dónde deben colocarse. "Como se nos acabó el abecedario, muchas ventanas llevan nombres de ciudades, o de letras griegas", hace ver Larrauri. Las ventanas no son las únicas que tienen nombre: también están la puerta King Kong, la puerta Doble... los nombre ayudan a organizar las entradas y salidas de los concursantes.

"Lo más complicado es durante los directos. En plena gala de los jueves un concursante puede decidir ir a la cocina a por un vaso de agua, servírselo y volver al salón, lo que implica mover las cámaras por todos los pasillos, siguiendo el recorrido". Porque en el día a día la cosa, con el tiempo acaba siendo más sencilla: "como cualquiera en su casa, al final cada concursante tiene un sofá favorito o unas conductas más o menos previsibles, lo que nos ayuda a anticiparnos", dice el realizador.

El control

Ya en el control de realización de Gran Hermano, a pocos metros del complejo de pasillos, se puede oír a los realizadores dar instrucciones a los operadores en la cruz de cámaras: "buscad a Hugo, ha ido hacia el dormitorio" o "cierra más el plano". La sala, también en la penumbra, alberga decenas de monitores en los que se puede ver cualquier imagen de la casa, y cuatro monitores en los que se ve la realización que se está haciendo. En total cada día se graban 96 horas de imágenes, de las cuales unas 95 nunca se emitirán. Tan sólo una hora se utilizará para los resúmenes diarios y las secciones de otros programas donde se habla del concurso.

Es la notaría del concurso. Allí se toma nota por ordenador de todo lo que pasa, de cada conversación, por intrascendente que ésta sea. Si más adelante hay algún hecho significativo y se refiere a esa conversación, podrá buscarse y documentarse fácilmente.

Otro de los lugares míticos de la casa de Guadalix de la Sierra es el confesionario. En esa pequeña sala los concursantes cuentas sus inquietudes al "súper", el responsable de la casa. Pero el "súper" no está tras el cristal al que ellos hablan, sino en un pequeño cuarto desde el que puede ver la señal de cualquier cámara de la casa.

Más sobre la casa de Gran Hermano.

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