Lo mejor de la jornada

• Teresa Helbig: propone looks de aspecto frágil y lánguido. Los patrones evocan los años 20, 70 y la época dorada del jazz. Los vestido de mañana son de talle largo, con corte a la cadera, de cuero y lana. En los de noche, se mezclan puntillas, tules y gasas. También se recuperan los estampados de pata de gallo, los chalecos de plumas, mangas muy ceñidas en forma de lirio y pantalones cortos de talle alto.  Los colores que dominan son el fucsia magenta, el verde esmeralda y el negro.

• David Delfín: el diseñador, arropado por los susurros de Bimba Bosé, Alaska y Mario Vaquerizo, presentó una colección que trataba de transmitir "un futuro con ilusión". Las mujeres visten faldas de tubo, cazadoras de motorista y luminosas prendas blancas, algunas con detalles reflectantes. El color se reserva para los accesorios. Los tejidos, tecnológicos, imitan piel. Como novedad, presentó piezas deportivas y muy urbanas, como sudaderas, en piel. Además buceó en los estampados de pantera.

• Hannibal Laguna: su vestidos de noche eran esperados con expectación. Inspirándose en la pintura de Julio Romero de Torres, presentó una colección con alma española, volantes desgarrados cortados en pico, rizados o adonerados con cordones de cristal. La figura, sin sus volúmenes tan característicos, optó por cortes de sirena y una mujer voluptuosa y sofisticada. El negro fue el protagonista de toda la colección.

• Ion Fiz y Juana Martín: el primero partió de un look masculino de aviador de la década de los 40 para confeccionar siluetas femeninas, coquetas y románticas. Desfilaron patrones asimétricos, quimonos y abrigos vestidos. La segunda puso su mirada en la década de los 50 y presentó prendas muy elaboradas, artesanales y con grandes adornos con forma de media perla rodeada por cristales.

• Ana Locking: la diseañadora ha apostado por creaciones sencillas de líneas rectas que se han fusionado con los cortes geométricos típicos del sello de la firma. Locking ha dibujado a una mujer sencilla y ha jugado con los patrones de los vestidos creando un efecto visual muy singular. Los tonos flúor se han entremezclado sobre tonalidades grises y los colores caldera y óxidos han conseguido hacer enérgica una colección que hace felices a la época que rememora. Aunque el blanco y el negro han dibujado la noche reinventando el valor del esmoquin en elegantes vestidos.

• Kina Fernández: los colores neutros han teñido la colección otoño-invierno de Kina Fernández. Los diseños desprenden glamour y elegancia a la vez que favorece el sentido easy-concept para que se puedan lucir en la vida diaria. Los detalles en mostaza aportan colorido a una antología que recorre una gran gama cromática que comienza con el riguroso negro, pasando por el ocre y whisky y que rompe con un tonalidad lavada de fucsia. La prenda estrella de la colección ha sido las faldas que juegan con diferentes tamaños de plisados y de largos. La reminiscencia a los años 40 ha sido el punto clave para proponer diseños sofisticados tanto para el día como para la noche.

• Aristocrazy: oro, plata y piedras preciosas se han mezclado en la colección de la firma Aristocrazy. Joyas XXL inspirada en grandes piezas de la edad media, con "armaduras" creadas con escamas de oro, y también una tendencia étnica "con collares tipo mujer jirafa mezclados con elementos modernos, superposiciones y brazos repletos de brazaletes", ha comentado Emiliano Suárez, responsable de la firma. Los elementos clásicos de joyería reinventados en piezas con estructuras geométricas y toques arquitectónicos son otra de las tendencias de la colección, en la que se contempla el lujo de lo simple llevado al extremo. También ha apostado por texturas naturales con influencia orgánica.