El Ayuntamiento de Plasencia aprueba los presupuestos con la mayoría del PP

El Ayuntamiento de Plasencia (Cáceres) aprobó este martes, tras tres horas de debate, los presupuestos municipales de 2012 con los votos favorables del PP, 13 de los 21, y los votos en contra de PSOE, IU y UPEX.

El Ayuntamiento de Plasencia (Cáceres) aprobó este martes, tras tres horas de debate, los presupuestos municipales de 2012 con los votos favorables del PP, 13 de los 21, y los votos en contra de PSOE, IU y UPEX.

Unos presupuestos que el edil de Hacienda, Juan Carlos Hernández, ha defendido como "equilibrados" y "realistas", ya que "financian las inversiones con recursos propios" y además "reducen el déficit".

Por su parte el concejal de IU, Luis Ranilla, ha calificado los presupuestos de "muy políticos" y puso en duda que dichas cuentas pudieran "fomentar el empleo".

Victoria Domínguez, concejala de UPEX, hizo hincapié en que las inversiones "están muy localizadas" en algunos barrios de la ciudad, quedando otros sin actuaciones en el presente año.

El grupo mayoritario de la oposición, el PSOE, en voz de su portavoz, Francisco Barbancho, ha calificado los presupuestos de "malos, muy malos", quien expresó además que las cuentas para 2012 "adolecen de previsión" en diferentes puntos y que "no ayudarán al empleo".

Los presupuestos municipales aprobados prevén una cuantía de ingresos y gastos de 28,675 millones de euros. Algunas de las partidas de gastos contemplan 40.000 para ayuda a las empresas al fomento del empleo, así como 500.000 euros a inversiones o una amortización de deuda de 1,85 millones de euros.

En el capítulo de ingresos no se prevé el aumento de los impuestos municipales, ni de las tasas, de momento. Aunque estas tasas serán revisadas a lo largo del año. Por otra parte, una partida concreta del presupuesto señala que el ayuntamiento espera recaudar 200.000 euros por multas de tráfico.

Además de los presupuestos se aprobó también la relación de plantilla de trabajadores municipales, aunque un punto que se dejó sobre la mesa fue el de la ampliación de la jornada de los funcionarios municipales a 37,5 horas semanales, punto que los sindicatos habían amenazado con impugnar si se aprobaba.

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