La Escuela de Ingeniería Agrícola de Valladolid Inea, centro gestionado por la Compañía de Jesús y adscrito a la Universidad de Valladolid (UVA), se convertirá hoy en la sede de reunión de la Sociedad Española de Malherbología que congregará a más de 230 expertos en el control de las malas hierbas de los cultivos.

Entre los asistentes se encuentran representantes de laboratorios y fabricantes de fitosanitarios y prestigiosos investigadores españoles de centros públicos y privados.

El objetivo de este encuentro es el análisis del proceso de adaptación a la nueva directiva europea que entra en vigor progresivamente y que obliga a los agricultores a afrontar las plagas con métodos más exigentes.

El nuevo condicionamiento legal conlleva también un esfuerzo económico, agronómico y al uso sostenible de los medios de control.

Actualmente, el agricultor dispone de diversas herramientas para hacer frente a las malas hierbas, consideradas el problema más importante al que se enfrenta en su explotación.

Por un lado, los métodos culturales como rotación, fecha de siembra, sanidad del cultivo, manejo del riego y uso de la maquinaria.

Por otro, dispone de otras herramientas procedentes de los avances genéticos, como son la obtención de variedades de cultivos más resistentes, con mayor vigor y de mejor calidad.

Por último, los fitosanitarios, una herramienta cuyo uso se ha visto reducido desde anteriores directivas de la UE por motivos medioambientales.

De hecho, en los últimos años los 750 plaguicidas diferentes se han reducido a 250.

El coordinador técnico de la jornada, Julián Ayala, profesor de Fitopatología de Inea, reconoce que los agricultores de Castilla y León lo están haciendo bien y hacen un uso correcto de las herramientas disponibles, si bien, "todavía hay prácticas que mejorar" para ajustarse a la nueva directiva.