El ciudadano chino acusado de asesinar a golpes a su esposa se enfrenta a 25 años de prisión

El hombre de nacionalidad china, identificado como Xushang L., que el 13 de enero de 2011 acabó con la vida de su esposa, que tenía entonces 29 años, propinándole varios golpes con la hoja metálica de un serrucho sin mango en el cuerpo y con un trozo de mármol en la cabeza en la tienda de frutos secos que regentaban en Granada capital se enfrenta a un total de 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento con la agravante de parentesco.
Sede del TSJA y Audiencia Provincial de Granada
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EUROPA PRESS
Sede del TSJA y Audiencia Provincial de Granada

El hombre de nacionalidad china, identificado como Xushang L., que el 13 de enero de 2011 acabó con la vida de su esposa, que tenía entonces 29 años, propinándole varios golpes con la hoja metálica de un serrucho sin mango en el cuerpo y con un trozo de mármol en la cabeza en la tienda de frutos secos que regentaban en Granada capital se enfrenta a un total de 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento con la agravante de parentesco.

El acusado, que será enjuiciado por un tribunal del jurado a partir del próximo 17 de febrero en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada, llevaba casado desde el año 2005 con Weili W., también china, con la que convivía en Granada, ciudad en la que tenían el negocio de comestibles. El matrimonio tenía un hijo de seis años que vive en China con su abuelo materno.

Los hechos se remontan a las 20,00 horas del 13 de enero de 2011, cuando el acusado, que se encontraba en la tienda de frutos secos, situada en la calle Trajano, discutió con su esposa y, aprovechando un descuido de ésta, cogió su tarjeta NIE (tarjeta de residencia). Instantes después, cuando su mujer se percató y le pidió que se la devolviera, el acusado se negó, y ella insistió y le expresó su deseo de poner fin a la relación y separarse, según consta en el escrito de acusación provisional de la Fiscalía de Granada, al que ha tenido acceso Europa Press.

En un momento de la conversación, Weili W. se dirigió a la trastienda, separada del recinto público por una cortina, seguida por el marido, quien, con el firme propósito de acabar con su vida, la golpeó reiteradamente y por distintas partes de su cuerpo. Primero se sirvió de la hoja metálica de un serrucho sin mango, con la que le produjo cortes en ambas manos, cara y cráneo, y seguidamente, sin interrupción según el fiscal, le causó "incontables cortes" en las mismas zonas con un cuchillo de cocina de 20 centímetros de hoja y, por último, le golpeó reiteradamente con un trozo de mármol en la cabeza. Todo, considera el Ministerio Público, "aprovechando la total indefensión" de la víctima, que "en ningún caso pudo prever el ataque inopinado".

Pese a los continuos gritos de la mujer, que le rogaba que se detuviera y la llevara al hospital, el procesado sólo interrumpió su agresión al advertir la entrada en el establecimiento de dos jóvenes. El hombre se dirigió entonces hacia ellos con la cara y manos ensangrentadas y sin que, por su actitud, ellos pudieran imaginarse lo que acababa de ocurrir.

Uno de los clientes, suponiendo que el procesado estaba herido, se marchó en busca de un botiquín para curarle, mientras que la chica que lo acompañaba se quedó en el interior de la tienda con la intención de comprar. Sin embargo, el inculpado la condujo hasta la salida "sin darle ningún tipo de explicación" y cerró tras ella la puerta del local regresando al interior del habitáculo. Una vez allí, continuó golpeando a su esposa, que yacía en el suelo gravemente herida sin poder defenderse.

Entretanto, fueron avisados dos agentes de la Policía Local que patrullaban por la zona, quienes, tras fracturar el cristal de la puerta de entrada, accedieron a la trastienda, donde el acusado seguía golpeando a su esposa en la cabeza con un trozo de mármol, y lo inmovilizaron. Los policías dieron inmediatamente aviso a los servicios médicos de emergencia, si bien éstos nada pudieron hacer por la víctima, ya fallecida cuando acudieron.

A consecuencia de la "brutal agresión", Weilu W. sufrió hematomas en piernas, múltiples heridas incisas e inciso-contusas y equimosis en ambas manos, cara y cuero cabelludo, además de fractura abierta de cráneo, pérdida de sustancia ósea y salida de masa encefálica. La causa inmediata de la muerte fue la destrucción de centros vitales nerviosos.

La Fiscalía considera que por lo prolongado de su agresión y medios empleados, el hombre "pretendió aumentar deliberada e inhumanamente el dolor y sufrimiento de la víctima antes de su fallecimiento", sin que se haya constatado que sufriera ninguna alteración de sus capacidades intelectivas y volitivas.

Además de la pena de prisión, el Ministerio Público solicita que el hombre indemnice a su hijo, que tiene siete años, en 160.000 euros, y al padre y a los dos hermanos de la fallecida —que residen en Italia— con 20.000 euros a cada uno.

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