Un testigo percibió un contrato sobre identidad corporativa mientras se tramitaba el que encubrió los pagos de Alemany

Una exasesora técnica de Presidencia afirma que nadie le informó sobre el contrato de Nimbus y Martorell le instó a que "no me metiera" en el asunto
Antonio Alemay Y Jaume Matas
Antonio Alemay Y Jaume Matas
EUROPA PRESS
Antonio Alemay Y Jaume Matas

Joan Rosselló, administrador de la empresa de publicidad Estudi i Joan Rosselló y uno de los acusados en el marco del caso Scala, quien ha comparecido como testigo durante el primer juicio que se celebra en el marco de otra causa, la del Palma Arena, ha afirmado que en 2003 firmó con el Govern un contrato sobre identidad corporativa, a pesar de lo cual ese mismo año el Ejecutivo comenzó a tramitar el concurso que, bajo un objeto similar, impulsó supuestamente para encubrir los pagos irregulares percibidos por el periodista Antonio Alemany por la redacción de los discursos del expresidente Jaume Matas.

Durante su declaración en la vista oral que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma, Rosselló ha sido preguntado por un contrato rubricado por él y por la exconsellera de Relaciones Institucionales, Rosa Estaràs, respecto al que ha especificado que iba dirigido a diseñar el logotipo del Govern así como la entidad corporativa del Ejecutivo a nivel visual. Una imagen que se mantuvo durante toda la legislatura del PP, tal y como ha afirmado.

A pesar de ya existir una iniciativa parecida, ese mismo año el Ejecutivo balear inició el expediente para contratar una asesoría externa sobre imagen corporativa, que fue adjudicado a la agencia de comunicación Nimbus a pesar de que en realidad iba dirigido a servir de "pantalla" para maquillar los pagos -de unos 4.000 euros al mes- que el Govern abonaba a Alemany por la elaboración de las intervenciones de Matas.

También ha prestado declaración como testigo Elena Rubí, exasesora técnica de Presidencia, quien ha señalado que durante un tiempo dependió de la exjefa de gabinete de Matas, Maria Umbert y posteriormente de Dulce Linares -ambas acusadas en este juicio-, si bien durante un año desarrolló su trabajo en la Dirección General de Comunicación, en la que su superior directo era Joan Martorell, quien también se sienta en el banquillo por estos hechos.

Sobre el contrato para el diseño de la identidad corporativa encargado a Rosselló, ha señalado que se trataba de un procedimiento negociado sin publicidad, mientras que en relación al concurso convocado para presuntamente beneficiar a Alemany, ha afirmado que le "extrañó mucho que se tramitase sin mi conocimiento" puesto que estaba muy relacionado con su perfil profesional y el ámbito para el que trabajaba.

Cuando se enteró a raíz de varias llamadas que recibió y tras verlo publicado en el BOIB, ha manifestado que "de inmediato" acudió a Martorell para preguntarle de qué se trataba pero éste le respondió que "no me metiera, que no tenía nada que ver conmigo, por lo que me enfadé". Tras apostillar que "la imagen no es una cosa que se pueda comprar mientras la identidad sí se puede encargar a una empresa", la testigo ha asegurado que nunca supo "con certeza" si a través de este concurso se estaban pagando los discursos de Alemany.

"Pensaba que se refería más a una asesoría de comunicación", ha apuntado Rubí, quien ha apuntado que los pagos al articulista "eran más un rumor en comentarios de café". "Se comentaba que a Alemany se le pagaba del Govern", ha incidido la testigo, quien ha manifestado no mantener una buena relación con Martorell a raíz de un problema profesional tras el cual pidió el cambio de departamento.

Por otro lado, un subinspector de Policía que ha comparecido en el juicio y que intervino en la fase operativa del caso Palma Arena ha manifestado que antes de estallar la causa ya había indicios de delito en lo que se refiere a la facturación de la maqueta de construcción del velódromo, en la que se constataron irregularidades por parte de quien la fabricó -una empresa de Alicante- y en la que también tuvo que ver Nimbus.

"se removió roma con santiago para hallar un estudio"

Unos indicios que motivaron el registro de varios locales relacionados con la agencia de comunicación, en el que estaba presente su administrador Miquel Romero.

Al hilo de lo anterior, ha sido preguntado por si ha investigado trabajos por los que se adjudican contratos menores a pesar de que finalmente no hay constancia de su realización, como en el caso del estudio de barreras arquitectónicas encargado al exgerente del consorcio para la construcción del Palma Arena, Jorge Moisés, del que ha recordado que "se removió Roma con Santiago para encontrar el trabajo y no había forma de hallarlo".

En cualquier caso, ha señalado, a preguntas del abogado de Maria Umbert, que no hay relación alguna entre estos hechos con los discursos de Alemany.

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