El gran volumen de viajeros que tiene la línea provoca que muchos no puedan subir al bus. «Ni cogiendo el autobús en la primera parada te aseguras que podrás subir», explicaron los vecinos a 20 minutos.

Añadir un vehículo articulado sería una solución para la N3, según aseguran las mismas fuentes.

Para evitar las largas esperas, muchos usuarios han optado por utilizar de nuevo su vehículo para volver a casa. Los más jóvenes siguen prefiriendo coger taxis en grupo o regresar a casa andando.

La N2, que cruza el puente de Piedra y une el centro de la ciudad con el Actur, es la segunda línea más utilizada. Los vecinos del Arrabal se quejan del largo recorrido que realiza la línea y de que en muchas ocasiones va con retraso, debido al tráfico que se acumula en el puente.

La N2 y la N3 son las líneas que peor funcionan. El resto (5 líneas) suelen ir medio vacías. Los vehículos cumplen sus frecuencias (90 minutos), pero son pocos los viajeros que optan por subir en el bus nocturno, principalmente porque sus recorridos son más largos y se hacen eternos.

La puesta en funcionamiento del buhobús tiene, sin embargo, una gran acogida por parte de los padres, que opinan que el servicio evita que los jóvenes cojan el coche para volver a casa.

Seguridad en el servicio nocturno

La puesta en marcha del buhobús en junio de 2005 implicó aumentar la seguridad de los conductores. Todos los vehículos que circulan por la noche están dotados de mamparas protectoras. Además, los conductores no llevan cambio, ya que los usuarios que abonan el viaje en metálico (1 euro) lo depositan en una hucha. Según los trabajadores de Tuzsa, por las noches no han tenido ningún altercado en los buses. «Existen los mismos problemas que durante el día», según las mismas fuentes.