El director de cine Álex de la Iglesia estrena este viernes La chispa de la vida. Rápido en sus respuestas, bromista con el entrevistador, el vasco sigue siendo una máquina de dar titulares.

¿Es su película amarga?

No: reivindica la esperanza y la dignidad. Si somos fieles a nosotros mismos podemos sobrevivir a este circo de payasos mediáticos en el que no se nos tiene respeto.

¿De dónde sale toda la rabia de la película?

Refleja mis sentimientos actuales y, sobre todo, esa disyuntiva moral entre la dignidad o la pérdida total de moral. Al hacerla, me dije: esto soy yo. Así me siento: como un insecto clavado a un alfiler. Parece que estoy bien, nuevo, pero en cuanto me mueva me muero.

¿Por qué?

Por todo. Por la sociedad, por cómo funcionamos. Por la fragilidad moral, por la sensación de que no queda nadie a quien respetar y porque se ha olvidado el respeto al ciudadano.

La película tiene mala leche.

Me salió así, de las tripas, pero está muy meditada. No hablo de buenos y malos: todos tenemos problemas. Si los políticos, o los directores de las cadenas de televisión, actúan como actúan, es porque también son manipulados. Ellos también se creen inocentes.

Salva a un ama de casa y a una periodista.

El personaje de Salma Hayek sólo quiere hacer feliz a su marido, pero eso no es tan bueno: le sumerge en ese positivismo nefasto. Negar que la botella está vacía no es optimismo sino algo perjudicial: cuando vemos la realidad nos venimos abajo. El personaje de Carolina Bang muestra que la dignidad es aún posible.

¿Cómo llenar esa botella?

Ni puta idea. Y otra cosa: respeto a los villanos. Me identifico con ellos, compartimos mucho . ¿Que cómo arreglar las cosas? Ni idea. No perdiendo la dignidad. Bajándonos un rato del tiovivo en el que vivimos.

¿Qué le desquicia?

Que solo se admita un punto de vista. Que clamen: o estás conmigo o estás contra mí. El bipartidismo. No todo es blanco o negro.

¿Ganará un bilbaíno el Goya?

¿Urbizu? Ojalá. Es gran amigo, gran persona y ya le toca. Ahora que no soy presidente de nada puedo decirlo.

¿Y qué pasa con Almodóvar?

También es un amigo, pero lo necesita menos. Aunque, si se premia a Pedro, se demostrará algo: que la Academia no es celosa, ni rencorosa ni envidiosa.

La presidió dos años...

Sí, los más intensos y apasionantes de mi vida. Conocí a mucha gente, me enfrenté a problemas... Aprendí mucho.

Y se metió en un buen lío por criticar la Ley Sinde.

Ha de haber una ley que articule las descargas ilegales, pero no esa. El asunto debe afrontarse de forma seria.

¿Qué le dice a la gente: paguen por mi película o bájenla gratis?

El cine sigue siendo el mejor lugar para ver una película: me encantaría que fuese gratis, pero no puede ser. Que hagan lo que moralmente prefieran.

¿Qué tiene ahora entre manos?

Las Brujas de Zugarramurdi: una comedia de terror sobre lo malas que son las mujeres. Quiero la protagonicen Carmen Maura, Terele Pávez, Carolina Bang y Hugo Silva.

¿Son malas las mujeres?

Y buenas: son lo mejor y lo peor de la vida.

¿Irá a la entrega de los Goya?

No sé. No estoy nominado: si fuera sería para apoyar a Mota y Hayek, pero igual esa noche tengo que tocar el clarinete.

BIO. Nació en Bilbao en 1965. Su primer largo fue Acción Mutante (1993). Presidió la Academia de Cine dos años. Ganó el Goya a mejor director con El día de la bestia.