Hungría modificará sus leyes tras las presiones de la UE

  • Tres la amenaza de quedarse sin la ayuda financiera internacional, el Gobierno húngaro enmendará una reforma del Banco Central denunciada por la UE.
  • El préstamo internacional es urgente para que el país pueda refinanciar casi 5.000 millones de euros de deuda con vencimiento en los próximos meses.
  • Querían ser independientes de las instituciones económicas internacionales.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban.
Thierry Roge /REUTERS
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban.

Tres semanas de presiones y la amenaza de quedarse sin la imprescindible ayuda financiera internacional han obligado al Gobierno conservador húngaro a ceder y mostrarse dispuesto a enmendar una reforma del Banco Central denunciada por la UE como una pérdida de independencia de la institución.

La actitud desafiante del primer ministro, Viktor Orbán, quedó clara desde su aplastante victoria en las urnas en 2010, cuando declaró la "lucha de independencia" del país contra las instituciones financieras internacionales.

Apenas hace tres semanas, Orbán insistía aún en que no modificaría la ley que crea nuevos puestos de vicegobernadores y establece una nueva figura de control, nombrada por el presidente, y que deja al actual gobernador del banco emisor en un segundo plano.

La actitud del Gobierno llevó a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI) a suspender las negociaciones para conceder un préstamo de entre 15.000 y 20.000 millones de euros para evitar la quiebra del país, hasta que Budapest no otorgara garantías plenas de que el Banco Central no perderá independencia.

La advertencia ha tenido efecto y este martes mismo se hizo pública una carta del ministerio de Exteriores húngaro que ratifica la disposición del Ejecutivo a modificar la ley. "Da lo mismo si fue la presión de la UE o que se han dado cuenta de la situación", opinó Éva Palócz, directora del instituto de investigaciones económicas Kopint-Tárki, sobre la necesidad de este préstamo para salvar la economía del país.

El préstamo internacional es urgente para que el país pueda refinanciar casi 5.000 millones de euros de deuda con vencimiento en los próximos meses. Con un endeudamiento del 80% del PIB y un déficit que el Gobierno está tratando de mantener por debajo del 3% mediante severos recortes de gasto, la economía húngara se encuentra en una delicada situación.

Además, el forinto, la moneda nacional, se ha depreciado un 6% respecto al euro en las últimas semanas, mientras que las tres grandes agencias calificadoras han colocado la deuda soberana del país al nivel de "bono basura", lo que ha dificultado la financiación de la deuda soberana húngara en los mercados. Los bonos a diez años de la deuda magiar han alcanzado ya una tasa de interés del 10%.

Ante ese panorama, Orbán y sus ministros comenzaron a modificar su discurso en los últimos días y a hablar de su disposición de dialogar sin condiciones, de la voluntad de acuerdo y de la necesidad de llegar a un pacto rápido con el FMI y la UE. Este miércoles, la Comisión Europea advirtió de que podría dictar sanciones contra Hungría por su déficit excesivo, al considerar que no ha hecho lo suficiente para corregir ese desequilibrio.

En cualquier caso, Palócz afirmó que es "casi seguro" que Hungría pueda finalmente acceder al préstamo, algo que, aseguró, traerá el efecto positivo de que el FMI supervisará la política económica del país. El acuerdo podría llevar a un crecimiento del 0,3% del PIB en 2012, escapando de la recesión, y se traduciría en un fortalecimiento del forinto y en la disminución de los intereses a pagar por la deuda, opinó la economista.

Plan B

Los mercados siguen pendientes de pasos concretos de Budapest. El forinto se recuperó levemente esta miércoles, tras anunciarse que el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, se reunirá el día 20 con un ministro húngaro para abordar la polémica ley y el préstamo solicitado por Budapest.

En el caso de que fracasen los contactos y el país se quede sin ayuda internacional, el Gobierno aún podría recurrir al plan B de los 37.700 millones de euros de reservas en poder del Banco Central, una opción que Palócz considera reduciría aún más la confianza de los mercados en la economía húngara.

Pese a que el tamaño de la economía húngara es mediano, una quiebra del país afectaría a países como Austria, que cuenta con importantes inversiones en el país magiar, especialmente en el sector bancario.

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