Las rentas más bajas aportarán el 27% del nuevo IRPF y las más altas tan solo aportarán el 16%

De Guindos, Sáenz de Santamaría, Montoro y Báñez.
De Guindos, Sáenz de Santamaría, Montoro y Báñez.
Susana Vera / REUTERS
De Guindos, Sáenz de Santamaría, Montoro y Báñez.

La medida fue aprobada el pasado viernes en el primer Consejo de Ministros del nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy, y desde entonces, el debate. A partir del próximo mes de febrero, la subida del IRPF aprobada por el Gobierno menguará la nómina en mayor o menor medida en función de los ingresos. La media será de 222 euros anuales para cada contribuyente.

Pero atendiendo a casos concretos, las diferencias son notables y el peso del nuevo impuesto –la recaudación que prevé el Ejecutivo para los dos próximos años– recaerá en mayor medida en las rentas bajas que en las más altas: un 28% frente a un 16%, según datos de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).

La medida

¿Quién y cómo soportará la subida? En España, ocho de cada diez contribuyentes declaran ingresos por debajo de 33.000 a anuales. Estos aportarán el 27,3% de la recaudación (1.122 millones de los 4.111 millones que se esperan recaudar), y verán cómo sus nóminas se reducen entre 23 y 165 euros anuales.

En el otro extremo de la balanza, un 0,4% de declaraciones que superan los 175.000 euros en ingresos anuales. Este grupo aportará 671 millones de euros (16,3%), con una media de entre 5.000 y 16.000 a anuales por declarante.

¿Están incluidas todas las grandes fortunas? No. Desde Gestha apuntan a las sicavs (sociedades de inversión colectiva) como un "coladero" de fraude, creadas en muchos casos para «eludir millonarias plusvalías». Buena parte de  los críticas al IRPF se centran en que a este se le escapan las rentas no salariales, del capital, que manejan los más ricos. Un agujero que permitirá a muchas de las grandes fortunas españolas escapar del incremento aprobado por Rajoy.

¿Y el mayor impacto? Nombres (clase media, alta, media- alta) al margen, el mayor peso de la recaudación caerá sobre los declarantes que se muevan entre los 33.000 y los 120.000 a anuales (supondrán el 50% de la recaudación). "En España, el grueso del ajuste recae sobre las clases medias, es materialmente imposible hacerlo de otra manera", explica Francisco de la Torre, portavoz de los Inspectores de Hacienda (IHE).

El horizonte

¿Hay otras vías? Gestha apunta a que las nuevos ajustes deberían ir encaminados a la creación de un nuevo tipo impositivo para las grandes empresas, que además "no afectaría directamente al ciudadano de a pie" y también de políticas para reducir la tasa de economía sumergida. Solo con esto último, según el colectivo, la Administración podría recaudar cada año más de 38.500 millones de euros, más del doble de lo que prevé ahorrar (16.500 millones) el Ejecutivo en 2012.

Los retos

¿Tareas pendientes? Inspectores y técnicos de Hacienda coinciden en que una de ellas pasa por contar con más medios. Desde Gestha hablan de definir con más claridad las líneas de presión, y recuerdan que "solo el 20% de la plantilla" de Hacienda se dedica a la investigación de fraudes en lo que respecta a corporaciones muy grandes, en las cuales se producen la mayoría de las irregularidades. El resto, añade el colectivo, investiga a autónomos, pequeñas empresas y trabajadores.

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