La Sociedad Nuclear Española ha aplaudido la decisión del Gobierno de construir el almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad y combustible gastado en Villar de Cañas (Cuenca) porque la medida "sitúa a España en la misma senda que los países europeos".

Así, señala que de acuerdo a la resolución de 23 de diciembre de 2009 de la Secretaría de Estado de Energía, publicada en el BOE el 29 de diciembre de ese mismo año, y tras realizar una convocatoria pública para la selección de municipios candidatos al ATC y su centro tecnológico asociado, ha decidido elegir entre los finalistas voluntarios a Villar de Cañas.

Para la SNE, el diseño de las instalaciones que conforman el ATC considera la "recepción y almacenamiento" del combustible irradiado de las centrales nucleares españolas y los residuos radioactivos de alta actividad vitrificados, junto con los de media y larga vida procedentes del procesamiento de combustible en el extranjero.

Además dispondrá de un centro tecnológico que será receptor de inversiones de I+D que pretende ser un centro de referencia europeo en el ámbito de la investigación aplicada a la gestión de residuos radioactivos.

En este sentido, la presidenta de la SNE, Lola Morales, ha añadido que el ATC llevará también asociado la creación de un parque empresarial que será un "dinamizador" económico, local y regional aportando puestos de trabajo cualificados a largo plazo y un proceso de inversión continuado.

Asimismo, ha destacado que servirá para fomentar, por un lado, la implantación de empresas en el centro industrial y, por otro, aumentará y reforzará las capacidades españolas en la investigación nuclear en el campo del combustible irradiado y los residuos de alta actividad.

Máxima seguridad

Al mismo tiempo, la organización insiste en que el ATC está diseñado con todas las condiciones de seguridad, asegurando la imposibilidad de generar reacciones en cadena, manteniendo el confinamiento del material radiactivo, que los niveles de radiación y dosis a los trabajadores y público no excedan los límites establecidos, mantener la recuperabilidad del combustible albergado y una extracción del calor residual generado de forma pasiva y sin contacto directo con el combustible.

Por ello, apunta que la solución del ATC sigue la tendencia mundial, ya que Estados Unidos, Rusia o Japón, al igual que otros siete países de la Unión Europea, como Alemania, Suiza, Suecia, Bélgica, Francia, Reino Unido y Holanda. Concretamente el modelo español sigue la referencia de Habog en Holanda que inició su operación en octubre del 2003.

De este modo, la SNE, ante el hecho de que varios pueblos reunían "excelentes condiciones" para albergar la instalación, felicita al municipio de Villar de Cañas por resultar elegido para acoger el proyecto. También felicita al resto de candidatos por haber mostrado que "en España existe una cultura nuclear positiva, emprendedora y lejana a todas las manifestaciones negativas sin fundamentos".

Finalmente, aplaude la decisión del Gobierno por completar con esta instalación, el ciclo de producción nuclear, tras la utilización de combustible en las centrales nucleares españolas de forma centralizada y manteniendo la capacidad de reutilización de este combustible para nuevos reactores de futuro que en estos momentos se encuentran en una etapa de diseño.