«Sin bautizo, no hay boda religiosa ni comunión»

Un signo de secularización.
El bautismo es un buen termómetro para medir el proceso progresivo de secularización que vivimos en las sociedades occidentales, en opinión de Víctor Urrutia, catedrático de Sociología y profesor de esta asignatura en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV.

La evolución del número de bebés bautizados en Vizcaya no muestran «un descenso significativo», según Urrutia. «Los datos no son alarmantes ni espectaculares», opina este experto, quien añade que las estadísticas muestran «más bien, que los bautizos se mantienen».

Urrutia cree que el bautismo es el sacramento católico que más se mantiene, y es el más consistente a la hora de ver si la cultura religiosa y, también, la pertenencia a la Iglesia se mantienen o no, explica este catedrático bilbaíno.

«El bautizo se puede considerar un acto social y religioso que es relevante porque es el que da inicio a los otros procesos de desarrollo de la fe». Y concluye diciendo que si no hay bautizo, no hay comunión ni boda religiosa y en principio, se puede entender que la gente que bautiza busca el mantenimiento de la fe en sus descendientes. Y esto es importante para ver si la secularización se incrementa o no.

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