Muere la actriz Amparo Rivelles

Fue la gran actriz española de la posguerra. Amparo Rivelles, que falleció anoche a los 88 años, nació en Madrid en 1925, hija de la pareja de actores formada por Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Gueveras. Desde su temprana juventud se convirtió en la actriz más famosa del cine español gracias a las producciones de Cifesa de los años 40, donde era conocida como Amparito Rivelles y tenía un contrato de exclusividad. Alma de Dios (Ignacio F. Iquino, 1940), Los ladrones somos gente honrada (Ignacio F. Iquino, 1942), Malvaloca (Luis Marquina, 1942), Eloísa está debajo de un almendro (Rafel Gil, 1943), El clavo (Rafael Gil, 1944), Eugenia de Montijo (José López Rubio, 1944) o Alba de América (1951) fueron sus grandes películas de la época, con las que consiguió amplio reconocimiento y popularidad.

Desde el principio de su carrera siguió la tradición familiar de combinar cine con teatro. Pese a ser tentada por Hollywood y trabajar con Orson Welles en la versión española de Mr. Arkadin (1955), a donde decidió trasladarse Rivelles fue a México, en 1957. Residió allí durante veinte años de exilio voluntario, adquiriendo gran fama gracias a convertirse en un rostro popular y recurrente de las telenovelas, aunque eso hizo que su carrera cinematográfica languideciera. Volvió a España a finales de los 70 y obtuvo algunos de sus mayores éxitos sobre las tablas, incluidas versiones de El caso de la mujer asesinadita con dirección de Gustavo Pérez Puig o de La Celestina con dirección de Adolfo Marsillach.

Aunque seguía siendo una de las actrices más famosas y queridas por el público español, la actualización generacional de su reconocimiento se produjo gracias a la serie de TVE Los gozos y las sombras en 1982, uno de los grandes hitos de la ficción televisiva española que la actriz protagonizó como Doña Mariana Sarmiento junto a su hermano Carlos Larrañaga. Vinieron más éxitos cinematográficos, como Hay que deshacer la casa (José Luis García Sánchez, 1986), comedia por la que ganó el Goya a la Mejor actriz el primer año de entrega de los premios, o Esquilache (Joaquín & Josefina Molina, 1989), pero su siguiente punto culminante sería otra adaptación para la pequeña pantalla: La Regenta (1995), donde interpretó a una inolvidable Doña Paula.

Durante los años siguientes pasó a centrarse en el teatro (Mar de luna, en 1995, fue su último largometraje), con algunas intervenciones televisivas en series como Farmacia de guardia o Una de dos, donde coincidió con su sobrino Luis Merlo, o MIR, donde lo hizo con su sobrina Amparo Larrañaga. También fueron los años del reconocimiento institucional en forma de galardones como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o el Premio Nacional de Teatro.

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