El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desvelará este lunes ante la Junta Directiva Nacional del PP en quién quiere confiar las presidencias del Senado y del Congreso de los Diputados, con lo que proporcionará los primeros nombres que protagonizarán la etapa 'popular' iniciada con su victoria el pasado 20 de noviembre.

Además, el ganador de las elecciones también dará a conocer ante este órgano del partido (que se reúne por primera vez desde la cita con las urnas) quiénes serán los portavoces parlamentarios del PP, un día antes de que se constituyan las Cortes.

Una vez despejadas estas incógnitas, Rajoy hará públicos los nombres de sus ministros, de los que no ha querido dar ninguna pista, el próximo día 21. Hasta el momento, lo único que ha dicho el presidente electo al respecto es que será "razonablemente previsible" en los presupuestos.

Por ello, los cuatro nombramientos de este lunes serán fundamentales para descartar alguna apuesta en las tradicionales quinielas para el Gobierno. El presidente del PP en Barcelona, Jorge Fernández Díaz, la exministra Ana Pastor y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, son los nombres más repetidos para la presidencia de la Cámara Baja, mientras que el exportavoz en el Senado Pío García Escudero es a quien se sitúa como presidente de la Cámara Alta.

La hipotética disputa por la tercera autoridad del Estado parece que la está ganando el catalán Fernández Díaz. Este atesora experiencia en la gestión de esta Cámara, pues lleva dos legislaturas en alguna de las vicepresidencias, y también se apunta a favor una relación con Rajoy que viene de lejos, de cuando ambos dirigieron el Ministerio de Administraciones Públicas en 1996.

Sin embargo, en el PP hay fuentes que opinan que Fernández Díaz representa al sector más conservador del partido, lo que en una legislatura tan plural como la que se avecina no se supone una cualidad.

Con todo, se presenta como el mejor posicionado, aunque las fuentes aseguran que no conviene descartar a Arturo García Tizón, otro cargo del PP que Rajoy conoce de hace muchos años y que en la formación es destacado por su bagaje judicial y por lo bien que se conoce el reglamento del Congreso.

Aunque Rajoy se ha cuidado de dar señales que alimentasen las elucubraciones, hay algunos dirigentes del PP a los que se ve sentados en el Consejo de Ministros. Entre ellos, a la que todos dan una silla es a Soraya Sáenz de Santamaría, una fija en las quinielas desde antes de la victoria electoral y aún más después de que el ganador le encargara supervisar el traspaso de poderes con el Gobierno socialista.

Así, mientras la mayoría de populares sitúan a Sáenz de Santamaría en una Vicepresidencia del Gobierno, muchas quinielas también incluyen en el Gabinete al exministro de Agricultura Miguel Arias Cañete; al presidente del PP en Canarias, José Manuel Soria, y al cabeza de lista por Sevilla, Cristóbal Montoro.

También hay quien cree que habrá algún desembarco desde Bruselas y podrían incorporarse al Ejecutivo popular eurodiputados como Íñigo Méndez de Vigo o José Manuel García-Margallo.

En cuanto al portavoz del PP en el Congreso, este nombramiento resultará una sorpresa, al igual que el del Senado.

Las fuentes de la dirección nacional del partido indican que la primera decisión la consultará Rajoy con Soraya Sáenz de Santamaría, ya que como posible vicepresidenta política será la encargada de supervisar los trámites parlamentarios de las leyes que promueva el futuro Gobierno.

Ello le obligará a tener un contacto permanente con el responsable del grupo mayoritario del Congreso, por lo que deberá de haber confianza entre ambos. Si así fuera, las fuentes citan tres nombres: José Luis Ayllón, Alfonso Alonso y Juan Manuel Moreno.

Según la mayoría de las fuentes consultadas, el que hace unas semanas aparecía mejor colocado para asumir dicho cargo, el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, ha ido perdiendo opciones, al igual que el vasco Leopoldo Barreda, quizá porque es un recién llegado, subrayan las fuentes.

El próximo martes se celebrarán las sesiones constitutivas del Congreso y del Senado, en las que tomarán posesión los diputados y senadores elegidos en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre. Los parlamentarios de la X Legislatura decidirán además, en sus respectivas sesiones plenarias, quiénes presidirán las dos cámaras y los miembros de sus mesas.

La Mesa del Congreso que salga elegida el próximo martes será la encargada de decidir si Amaiur y UPyD pueden finalmente contar con grupo parlamentario, ya que ninguna de estas dos formaciones cumplen con todos los requisitos para tenerlo.

El PP, con mayoría absoluta en los comicios del 20-N, quiere contar en la Mesa (que forman nueve diputados) con cinco miembros para garantizarse la mayoría, según han explicado fuentes de ese partido, que recuerdan que podrían tener hasta seis, pero están dispuestos a ceder uno para que pueda entrar CiU.

El PSOE, por su parte, pidió al PP tener cuatro miembros en la Mesa, aunque los populares creen que los socialistas deben conformarse con tres y, si quieren, ceder uno de esos puestos a IU. De ser así podría repetirse la estructura que tuvo la Mesa en el año 2000, la última vez que el PP obtuvo mayoría absoluta. En aquella ocasión, esté órgano quedó constituido por cinco diputados del PP, dos del PSOE, uno de CiU y otro de IU.

Las sesiones constitutivas del Congreso y del Senado están reguladas en los reglamentos de ambas Cámaras. Según estas normas, una Mesa de edad es la encargada de las funciones organizativas hasta que se eligen los órganos de gobierno de cada Cámara. En el Congreso, el diputado de mayor edad presidirá dicha mesa, asistido por los dos diputados más jóvenes, en calidad de secretarios.

La primera votación en la que participan los 350 diputados electos en los comicios del 20 de noviembre es la del presidente del Congreso; cada diputado escribirá solo un nombre en la papeleta y resultará elegido el que obtenga el voto de la mayoría absoluta de la Cámara.

Si ningún diputado logra la mayoría absoluta en esa primera votación, se repetirá la elección entre los dos más votados y resultará elegido el que más apoyos obtenga.

Después se procederá a la elección simultánea de los cuatro vicepresidentes de la Mesa: cada diputado escribe solo un nombre en la papeleta y resultan elegidos los cuatro que obtienen el mayor número de votos. De la misma forma son elegidos los cuatro secretarios. Si se produce algún empate, se celebrarán sucesivas votaciones entre los candidatos igualados en votos hasta romperlo.

Una vez elegida la Mesa del Congreso, sus miembros ocupan sus puestos y el presidente solicita a todos los diputados que juren o prometan la Constitución, para lo que serán llamados por orden alfabético. Después, el presidente del Congreso declarará constituida la Cámara y levantará la sesión, aunque es tradición que antes dé su primer discurso en el cargo.

El presidente del Congreso debe después comunicar al Rey, al Senado y al Gobierno la constitución de la Cámara, y en quince días se debe celebrar la solemne sesión de apertura de la legislatura.

La elección de la Mesa del Senado transcurre del mismo modo que en el Congreso, así como el juramento o promesa de acatar la Constitución por parte de los senadores.