Los padres en Alemania pueden perder parta de la tutela de sus hijos si éstos no van al colegio de forma injustificada durante más de veinte días y si en la familia existen otros motivos de peso, según un proyecto anunciado por el tribunal municipal de Hannover, impulsor de esta iniciativa. "Se trata de no negarles la oportunidad a los niños de 13, 14 años, en plena pubertad, de formarse", declaró el juez de menores Jens Buck, impulsor de este proyecto, en el que están involucradas varias instituciones, como centros de protección de la infancia, de menores y de asesoramiento.

Según el tribunal, para tomar esa medida existe ya una base legal que, sin embargo, hasta ahora no había sido aplicada por ningún juez. El presidente del tribunal municipal de Hannover, Gerd Vogel, subrayó que "la prioridad es ayudar, no sancionar".

Según la experiencia de Buck, los menores que se ausentan de clase tienen más probabilidades de cometer delitos o caer en las drogas, de volverse psíquicamente inestables y de depender en un futuro de los subsidios sociales. Cerca del ocho por ciento de los jóvenes alemanes de una misma promoción abandonan cada año la escuela sin ninguna clase de título académico.

El objetivo del Gobierno federal y de los estados federados es reducir a la mitad este porcentaje hasta 2015, para lo que la colaboración del profesorado es esencial, según Buck, ya que en muchas ocasiones informan demasiado tarde a las autoridades de los casos de menores con un elevado índice de ausencia escolar.

Actualmente, los menores pueden ser sancionados con multas por faltar a clase y en caso de no abonar ni ellos ni sus padres la suma impuesta, el asunto -si se trata de mayores de 14 años- pasa a los jueces de menores, que en Hannover estudian al mes unos 200 casos. Éstos a su vez pueden reconvertir la sanción económica en horas de trabajo social o en arresto juvenil e incluso enviar al menor a un médico especialista o a un centro de asesoramiento contra la drogadicción.