Los bloques afectados del Carmel están peor de lo que se pensaba

El nuevo error de previsión provoca que algunos vecinos cuestionen otra vez los informes de los técnicos sobre el estado de sus viviendas. El derrumbe se retrasará y durará más de un mes.
Tres obreros, equipados con protecciones, retiraban ayer los tejados de uralita de los tres bloques afectados del Carmel.
Tres obreros, equipados con protecciones, retiraban ayer los tejados de uralita de los tres bloques afectados del Carmel.
Manolo S. Urbano
Tres obreros, equipados con protecciones, retiraban ayer los tejados de uralita de los tres bloques afectados del Carmel.
Las tres fincas del Carmel que se tienen que demoler por su mal estado, están peor de lo previsto, según informó ayer el arquitecto jefe del derrumbe, Carles Buixadé. Debido a este imprevisto, los obreros, que ayer empezaron a vaciar los tejados afectados, tendrán que «extremar las medidas de seguridad» y los trabajos durarán más de las cuatro semanas previstas inicialmente.

Algunos vecinos, que ayer contemplaban los trabajos de demolición, pusieron en duda la palabra de los técnicos respecto al estado de sus fincas. «No me creo que no haya más pisos afectados», decía una vecina. Aún así, Buixadé aseguró que no se demolerán más pisos.

La uralita, poco a poco

Durante el día de ayer, los operarios empezaron por retirar las uralitas de los tejados con sumo cuidado, para evitar la inhalación del amianto, un material tóxico. Una vez retiradas, los obreros tirarán piso a piso las tres fincas afectadas y depositarán las ruinas en unos contendores que subirán hasta los tejados. Durante esta operación, que recibió las críticas de algunos afectados porque se enteraron por la prensa que ayer tiraban sus pisos, se ha rechazado la posibilidad de que los vecinos puedan recuperar alguna de sus pertenencias.

El presidente del grupo municipal de CiU, Xavier Trias, preguntó ayer al alcalde, Joan Clos, si conocía las deficiencias de ejecución y control de la obra.

Examen a la calidad del hormigón

Un ingeniero de minas ha remitido al juzgado que investiga el hundimiento una propuesta para realizar pequeñas perforaciones en la zona rellenada con hormigón para comprobar «el espesor del sostenimiento y la calidad de los materiales empleados». La inciativa sigue a la acusación que ha hecho de forma anónima un trabajador de las obras que asegura que se escatimó la calidad del hormigón de la bóveda del túnel.

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