El 3,5% de los estudiantes entre 14 y 18 años ha experimentado alguna vez con alguna droga emergente, según la Encuesta Escolar sobre drogas 2010. Entre estas drogas, de las que muchas veces se desconoce "su composición exacta y sus efectos", están las anfetaminas, el GHB/GBL, el peyote, el Spice o la ketamina. Estas dos últimas, además de las setas mágicas, son las más consumidas.

El consumo de estas drogas emergentes es aún "esporádico y experimental" en España, pero el riesgo que conlleva es elevado, según la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Nuria Espí, que presentó en rueda de prensa un informe de la Comisión Clínica, cuyos expertos han realizado un análisis sobre las sustancias que han aparecido o reaparecido en el mercado como alternativa o complemento a las tradicionales.

Muchas de estas drogas emergentes no están sometidas a restricciones legales en los ámbitos nacionales e internacionales -no son ilegales-, explica el informe, y sus efectos varían en función de su origen o sus componentes, aunque pueden desembocar en conductas agresivas y de riesgo. El estudio ha observado que en los últimos años ha aumentado el número de consumidores en solitario, aunque estas drogas suelen asociarse a los entornos de ocio nocturno.

Los tres efectos fundamentales pasan por la psicoestimulación y la hiperactivación del sistema nervioso central con repercusión cardiovascular, depresión del sistema nervioso central o alucinaciones. Cada país registra consumos diferentes: en el norte y el centro de Europa, las anfetaminas y sus derivados son las sustancias de mayor prevalencia, frente a lo que se registra en el sur y el oeste, donde predomina la cocaína.

De hecho, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga, las anfetaminas constituyen la segunda droga de mayor consumo en el mundo, detrás del cannabis, aunque España está entre los países que menos la consumen. Solo un 0,6% de la población general, de entre 15 y 64 años, la probó alguna vez en 2009. En 2010, un 1,6% de los estudiantes de 14 a 18 años la había consumido en el último año y el 0,9% lo había hecho en el último mes.

Según el informe, el consumo de éxtasis se mantiene "estable" en España y desciende el de los alucinógenos; el consumo de drogas emergentes, añade, muestra una mayor prevalencia en la población joven de entre 15 a 34 años. Los expertos avisan, además, de que Internet "desempeña un papel protagonista en la promoción y venta" de las drogas emergentes y que estas tienen una gran capacidad para causar adicciones.

Por último, el estudio detalla el sistema de alerta temprana en Europa, que puede activarse desde cualquier país, que supone un aviso inmediato a las autoridades nacionales de cada uno de los países de la UE sobre la aparición de una nueva droga. Espí insistió en la necesidad de intensificar las campañas de información y sensibilización social frente a estas sustancias.