Día Mundial del Sida: "Siempre uso condón, pero un día la fastidié para siempre"

Ana Cano, en la plaza de la Virgen de Valencia, ha decidido que su rostro sea visible para luchar contra la discriminación que sufren los infectados por VIH.
Ana Cano, en la plaza de la Virgen de Valencia, ha decidido que su rostro sea visible para luchar contra la discriminación que sufren los infectados por VIH.
JORGE PARÍS
Ana Cano, en la plaza de la Virgen de Valencia, ha decidido que su rostro sea visible para luchar contra la discriminación que sufren los infectados por VIH.

Un familiar, un amigo de la infancia, un compañero de trabajo o el quiosquero del barrio. Hoy hace tres décadas que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, se coló en nuestras vidas. A lo largo de estos años, la enfermedad ha dejado de ser mortal para convertirse en una patología crónica en la mayoría de los países desarrollados. Sin embargo, para muchos el sida sigue siendo la enfermedad de las '4 h': "Homosexuales, heroinómanos, haitianos y hemofílicos", lamenta Pedro Vez, seropositivo desde hace más de 22 años.

Estigma con el que conviven entre 130.000 y 150.000 personas en España y 33 millones en el mundo. Cifras que, pese a ser escalofriantes, suponen un gran logro si las comparamos con la cúspide de la epidemia a finales de los noventa. En la última década se ha producido una reducción del 21% en el número de infecciones en todo el planeta.

Eso sí, en Europa el número de infecciones se ha incrementado. Más de 118.000 nuevos casos fueron detectados en 2010, según la OMS. Son un 2,5% más que en 2001. Si nos centramos solo en España se ha pasado de casi 6 infectados de media al día en 2009 a unos 8 en 2010, según Sanidad.

Un repunte que los expertos explican señalando a la pérdida de temor a la enfermedad, puesto que ya no mata, por parte de la población. Las cifras de 2010 revelan que la transmisión entre hombres se ha incrementado en España. Ya suponen el 46% de los nuevos casos. Eso sí, se reducen los contagios entre heterosexuales (33%) y los usuarios de drogas inyectadas (6%).

Pedro Vez, Miki, Ana Cano y Antonio Moraleda vivirán este jueves con gran intensidad el Día Mundial del Sida, que este año se celebra bajo el lema '30 años de logros, 30 años de retos'. Para ellos, la jornada tiene un sabor agridulce. "Es un día para celebrar por todos los logros que se han conseguido, pero también es el día en el que notas el rechazo de muchas personas", explica Miki, infectado por el VIH. Además, recuerda la cantidad de gente que se aparta "cuando intentas colocarle el lazo rojo".

Vivir con el rechazo

Cada uno luchará a su manera para intentar acabar con la discriminación que sufren desde hace más de 10 años. Ana, transexual y exprostituta con VIH, pateará las calles de Valencia para recordar a la gente que con el virus se puede llevar una vida normal, pero que lo mejor es poner los medios para evitarlo. "Siempre he usado precaución, pero un día no lo hice, porque era mi pareja, y la fastidié para siempre", recuerda. Ahora toma ocho pastillas al día y su carga viral (cantidad de virus del VIH en el cuerpo) es casi indetectable.

En Madrid estarán Miki y Antonio. El primero tratará de trasladar lo difícil que es encontrar trabajo si eres seropositivo. Lleva dos años buscando empleo. Cuenta que como es discapacitado tiene que entregar un informe médico que indica que está infectado, entre otras cosas, y que por este motivo ni le llaman para realizar las entrevistas. "Me he visto obligado a volver a vivir con mis padres. No me llevo mal con ellos, pero no puedo hablar de mis problemas porque en mi casa es un tema tabú", confiesa a sus 40 años.

La historia de Antonio es distinta. Tiene casi 79 años y, aunque siembre ha hablado abiertamente de su infección, confiesa que si él fuera joven en estos momentos, no lo haría público en el trabajo. Él lo contó sin tapujos, pero en su época le "fue más difícil decir que era homosexual que seropositivo", recuerda sin rencor.

Pedro hará campaña en Salamanca. Allí pedirá a los jóvenes que no olviden el condón, que no marginen a los afectados y explicará, entre otras cosas, que "besar no contagia".

Los testimonios de estos cuatro valientes han sido facilitados por las asociaciones de Cesida y la Federación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). Esta última ha puesto en marcha una campaña con el lema retrátate ante el VIH para luchar contra la discriminación que sufren los infectados.

Obligada a volver a esconderse

Otro testimonio que no quiere mostrar su imagen ni el nombre pero que merece contarse es el de una mujer de 39 años a la que hace 20 le dijeron que tenía el VIH. Trató de esconderlo, pero pronto enfermó de sida y estuvo a punto de fallecer.

Fue entonces cuando esta mujer decidió contárselo a sus familiares y amigos. Verse al borde de la muerte le dio fuerza para descubrirse. Programas de radio, tele, prensa...Siempre estaba dispuesta a dar la cara contra esta infección.

Ahora, con un hijo de cuatro años (libre del virus) se ha visto obligada a volver a esconderse. "No quiero que nadie le haga daño", confiesa.

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