10 (+1) canciones inolvidables de Lou Reed en el cine

El cantante, músico y poeta ha muerto a los 71 años, dejando un inconmensurable legado para la música rock que también ha vestido grandes escenas del cine. Por DANIEL DE PARTEARROYO
10 (+1) canciones inolvidables de Lou Reed en el cine
10 (+1) canciones inolvidables de Lou Reed en el cine
10 (+1) canciones inolvidables de Lou Reed en el cine

Es difícil asumir la temprana muerte de Lou Reed, a causa de una enfermedad del hígado que un transplante realizado el pasado mayo no pudo atajar. El cantante neoyorquino de 71 años es un icono de la música norteamericana de la segunda mitad del siglo XX, de la explosión de creatividad de los años 60 y el inconformismo artístico de los 70. Fue fundador y letrista junto a John Cale de la influyente The Velvet Underground, que lideró ente 1964 y 1970. Además de integrar ese pilar de la música moderna y escribir sus grandes canciones, también desarrolló una carrera en solitario con discos imprescindibles como Transformer (1972) o Berlin (1973). En total publicó 22 álbumes de estudio, incluyendo experimentos como Metal Machine Music (1975), éxitos comerciales como The Blue Mask (1982) o New York (1989), nuevas colaboraciones con Cale, su mujer Laurie Anderson o propuestas tan intensas como The Raven (2003), que ponía música a los relatos y poemas de Edgar Allan Poe.

Aunque su desaparición es una pérdida enorme para la música y Reed no fue una de esas estrellas del rock demasiado vinculadas al cine (pese a su relación con Andy Warhol durante los primeros años de la Velvet), él mismo se ha dejado ver en películas de amigos, como Blue in the Face (Wayne Wang & Paul Auster, 1995) y Lulu on the Bridge (Paul Auster, 1998); o en el documental Berlin (2007), que Julian Schnabel hizo sobre el legendario concierto de uno de sus discos más memorables. Pero aparte de esos trabajos (o el de poner voz a un personaje de la trilogía Arthur y los Minimoys, de Luc Besson), la huella cinematográfica de Lou Reed se ha sentido, naturalmente, a través de sus canciones, que muchos directores han sabido emplear para crear secuencias y atmósferas inigualables. Recordemos, a modo de homenaje, los mejores momentos en los que su música llenó la gran pantalla.

Perfect Day (1972)

Película: Trainspotting (Danny Boyle, 1996).

Elige la vida. Elige un trabajo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige una banda sonora para tu cuelgue de heroína. En un filme cuya banda sonora tenía vida propia, Danny Boyle optó por esta bella y melancólica canción de Transformer, producida por David Bowie y Mick Ronson, para escenificar uno de los viajes de Ewan McGregor en su adaptación de Irvine Welsh, consiguiendo que el tema viviera un imperecedero resurgir en plena década de los 90 y pasara a convertirse en el mayor himno del artista para toda una nueva generación.

Satellite of Love (1972)

Película: Velvet Goldmine (Todd Haynes, 1998).

Milla Jovovich grabó una susurrante versión para The Million Dollar Hotel (Wim Wenders, 2000) de este otro tema de Transformer, quizás el más conocido y utilizado por detrás de Walk on the Wild Side. Pero nos quedamos con el propio Reed interpretándolo en la banda sonora de Velvet Goldmine, que por algo el relato de Haynes ambientado en los años del glam rock cuenta con muchas influencias del cantante y su relación con Bowie e Iggy Pop.

This Magic Moment (1995)

Película: Carretera perdida (David Lynch, 1997).

Puede que nunca le haya sentado una cámara lenta tan bien a nadie como a Patricia Arquette en este momento del thriller psicogénico de David Lynch en el que es observada por primera vez por Balthazar Getty. Se pueden paladear las palabras de Reed cantando una versión de Doc Pomus que había grabado unos años antes para un disco tributo, rescatada por el cineasta para acompasarla perfectamente con la tormenta eléctrica de miradas que se desata entre los dos personajes.

Why Can't I Be Good (1993)

Película: ¡Tan lejos, tan cerca! (Wim Wenders, 1993).

Si en El cielo sobre Berlín había contado con Nick Cave, para la secuela ¡Tan lejos, tan cerca!, que continúa las aventuras de sus ángeles con dudas existenciales, el melómano de Wim Wenders quiso que su colega Lou Reed apareciera y tocara en el filme. Quizás sea el momento más rescatable de una segunda parte mucho menos inspirada que la imprescindible película original.

Venus in Furs (1967)

Película: Last Days (Gus Van Sant, 2005).

En una película llena de secuencias fascinantes pero que requiere bastante colaboración por parte del espectador, la aparición de una de las canciones más inquietantes de The Velvet Underground funciona perfectamente a nivel superficial. Además, su atmósfera desasosegante, amplificada por el baile catatónico de los personajes, anticipa el trágico destino del sosías de Kurt Cobain que interpreta Michael Pitt como protagonista del filme.

Pale Blue Eyes (1969)

Película: Adventureland (Greg Mottola, 2009).

El habitualmente verborreico Jesse Eisenberg se queda sin palabras y la normalmente exánime Kristen Stewart adquiere el brillo del deseo gracias a la sencilla operación de escuchar una de las bellas canciones de amor escritas por Reed para la Velvet, presente en su tercer álbum de estudio. El cantante la escribió pensando en su primer amor, y en la película de Mottola resulta perfecta para iniciar el tormentoso romance de verano entre los dos protagonistas.

Street Hassle (1978)

Película: Una historia de Brooklyn (Noah Baumbach, 2005).

Volvemos con Jesse Eisenberg, esta vez unos años antes en el final de la película de Noah Baumbach sobre la disolución de un matrimonio culto y acomodado en el Brooklyn de los años 80. El valor metafórico del título original, El calamar y la ballena, cobra sentido durante esta confesión de su hijo mayor y una carrera al son de la canción de Lou Reed para enfrentarse a sus temores en el acuario de la ciudad.

Coney Island Baby (1975)

Película: Pleno verano (Tran Anh Hung, 2000).

Pale Blue Eyes ya servía para desperezar a los protagonistas de uno de los filmes más sensoriales del vietnamita Tran Anh Hung. Pero su playlist de canciones para levantarse en esta oda a la pereza y voluptuosidad del estío también incluye un tema menos famoso de Reed, como el que cierra su ábum homónimo de 1975. Al igual que cada una de las secuencias de la película, un banquete para todos los sentidos.

All Tomorrow Parties (1967)

Película: The Lords of Salem (Rob Zombie, 2012).

Las canciones de la Velvet nunca sonaron tan aterradoras como en el festival satánico de Rob Zombie. Si Venus in Furs confirmó su estatus de oda sónica al mal rollo, el desbordado clímax final al son de All Tomorrow Parties, con la sombría y ralentizada voz de Nico acompañando la transformación definitiva de Sheri Moon en la novia (virgen-puta) de Satanás es una cima del terror de este milenio.

Rouge (2000)

Película: Antes que anochezca (Julian Schnabel, 2000).

La admiración de Julian Schnabel hacia Lou Reed ya se dejó sentir mucho antes del documental Berlin, pues el cineasta ha incluido canciones del músico en sus películas siempre que ha podido. Además de contar con Pale Blue Eyes para La escafandra y la mariposa (2007), en Antes que anochezca aderezó el deambular nocturno del escritor cubano Reinaldo Arenas (interpretado por Javier Bardem) con la instrumental Rouge, procedente de Ecstasy, uno de los discos más personales del cantante.

Extra: Walk on the Wild Side (1972)

Película: Beautiful Girls (Ted Demme, 1996).

Por último, una de las canciones más conocidas, provocativas y versionadas de Reed, de la que sólo escuchamos su estribillo juguetón apenas tarareado por una nínfula Natalie Portman (minuto 1'05" del vídeo) explicitando el riesgo de la tentación a la que se enfrentaba Timothy Hutton con ella. Mensaje recibido.

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