La crisis económica está provocando miles de embargos y desahucios de "propietarios" de viviendas, pero también problemas de pago para miles de familias que viven en régimen de alquiler. Tanto, que la mayoría de propietarios teme que la crisis convierta en moroso a su inquilino.

Concretamente, el 70% de los propietarios de pisos en alquiler reconoce que su principal temor a la hora de alquilar su vivienda es el impago del alquiler, al considerar que la situación económica del inquilino puede cambiar de un momento a otro debido a la coyuntura actual.

Así lo asegura un informe de la aseguradora Arag, que indica que uno de cada cinco dueños de inmuebles decide tener su piso vacío y sin rentabilizar porque cree que alquilar le puede dar problemas. Por este motivo todos los propietarios exigen cada vez más garantías de solvencia a los inquilinos, con el fin de intentar minimizar el riesgo de impagos.

Entre las garantías que exigen los propietarios, las que más se repiten son:

El informe destaca que el 67% de los casos en los que se produce conflicto entre arrendador y arrendatario se resuelve mediante acuerdo amistoso en una media de 2,2 meses. De este modo, sólo tres de cada diez casos acaban en los tribunales, con un periodo medio de resolución de siete meses.

En este contexto, esta aseguradora afirma que ha experimentado un aumento del 50% en la contratación de pólizas de protección a propietarios en el último año.

El miedo de los propietarios con sus inquilinos es la realidad de muchas familias que han querido comprar vivienda y que la han perdido por la crisis.

Según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los desahucios tramitados por los juzgados españoles en el segundo trimestre del año sumaron un total de 16.464 ejecuciones, lo que supone un 21,2% más que en el mismo período de 2010, una cifra récord.

Mirando al futuro, Adicae (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros) ha calculado que más de 160.000 familias españolas se encuentran inmersas en procesos de ejecución hipotecaria que aún no han concluido en el desahucio, que podría producirse antes de que finalice el año.