Cortes en los transportes y fuerte incidencia en servicios públicos en Portugal por la huelga

Conductores de autobuses paran por la huelga general en Portugal.
Conductores de autobuses paran por la huelga general en Portugal.
José Coelho / EFE
Conductores de autobuses paran por la huelga general en Portugal.

La huelga general de este jueves en Portugal ha sido poco visible en el comercio y la actividad de las empresas privadas, que dieron una apariencia de normalidad a la jornada en las principales ciudades lusas. Los sindicatos y los medios de comunicación coincidieron en que el transporte público se vio muy afectado, al igual que el trafico aéreo y el portuario.

Pero la aparente escasa participación del sector de servicios hizo que el paro fuera poco visibles en el día a día de muchos ciudadanos portugueses salvo por los problemas a la hora de usar el metro o los ferrocarriles de cercanías. A falta de datos, tanto del Gobierno como de las centrales sindicales o los organismos patronales, la incidencia aproximada de la huelga era difícil de calcular.

El número de colegios que abrieron o cerraron este jueves sus puertas era también incierto, como el de los servicios hospitalarios, donde hubo muchos testimonios de retrasos. El paro se percibió de forma especialmente significativa en el tráfico aéreo, ya que más de medio millar de vuelos de entrada y salida del país fueron cancelados debido a la huelga.

Los datos facilitados por los sindicatos convocantes reflejaron también una elevada incidencia en los servicios de recogida de basuras, suspendidos en muchos casos durante 24 horas, así como en algunas fábricas, ayuntamientos y comedores públicos.

También se vio afectado el banco estatal Caixa Geral de Depósitos, el mayor del país, con una parte de sus oficinas cerradas, según fuentes laborales, aunque las demás entidades funcionaban con mucha normalidad. Las únicas cifras del Gobierno luso sobre las primeras horas de adhesión al paro en la administración pública apuntaron a una escasa incidencia, con sólo 12.800 trabajadores en huelga de un total de 355.000, equivalente a un seguimiento del 3,6%.

Fuentes sindicales detallaron que el cierre de escuelas se registró especialmente en los grandes centros urbanos, donde también hubo colegios que no dieron clases con normalidad, pese a estar abiertos, debido a la ausencia de profesores. En distritos como los de Leiria, Viseu, Beja y Coimbra, decenas de centros educativos no abrieron este jueves, según medios locales, una situación que también se repitió en el archipiélago de las islas Azores.

La ausencia de médicos y enfermeros derivó en un aumento de las colas y el tiempo de espera en los centros de salud, pero en muchos casos fueron normalizando el servicio a medida que avanzaba la jornada.

El paro también tuvo incidencia en algunos de los principales polos industriales del país, entre ellos el de Palmela, construido alrededor de la mayor fábrica de Portugal, Autoeuropa -de Volkswagen-, donde el paro, a falta de datos de la empresa, fue total, según los líderes sindicales.

Representantes laborales de diversas empresas del textil y el corcho -dos de los sectores históricos de Portugal- anunciaron que se habían sumado a la protesta, así como fábricas de cemento y cerámica.

Zonas comerciales, sin incidencias

En contraste, las principales zonas comerciales de Lisboa funcionaron sin incidencias y las tiendas y restaurantes más céntricos de la capital mantuvieron su horario, una situación similar a la de otros núcleos urbanos, como Oporto. Fuentes del Sindicato Independiente del Comercio y los Servicios explicaron que la huelga afectó al sector de forma superficial, tal y como ya ocurrió en la huelga general celebrada hace justo un año.

Estas mismas fuentes precisaron que algunos trabajadores pudieron verse afectados por el paro de los transportes, pero su ausencia no se reflejó en el cierre de tiendas. La huelga general fue convocada conjuntamente por la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP, comunista) y la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), que entre ambas reúnen más de un millón de afiliados, en protesta por las medidas de austeridad del Gobierno conservador luso.

Portugal ha llevado a cabo severos ajustes en los últimos meses para combatir la crisis económica más grave de su historia, que le llevó a solicitar el rescate financiero de la UE y el Fondo Monetario Internacional el pasado mes de abril.

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