En las dos últimas semanas se han dado cuatro casos con el mismo modus operandi: un vecino es abordado en el garaje por un grupo de suramericanos que le obligan a meterse en el maletero del coche.

Los delincuentes dejan a su víctima encerrada durante una o dos horas, el tiempo que tarden en sacar dinero con sus tarjetas de crédito.

Un quinto vecino también ha sido desvalijado y agredido en el garaje, aunque no llegó a ser secuestrado.

El primer caso ocurrió el 9 de mayo. Poco antes de las 7.45 horas, un hombre, A. C., se disponía a coger su coche para ir a trabajar cuando fue asaltado por tres individuos que lo maniataron y le hicieron entrar en el maletero.

Un calvario por 700 euros

Le robaron el móvil y la cartera, le obligaron a revelar el número secreto de sus tarjetas y arrancaron el vehículo, llevándose a la víctima en el portaequipajes.

Pararon en dos cajeros automáticos de los que sacaron un total de 700 euros. Luego volvieron al garaje y huyeron, dejando en el coche al hombre, que salió por sus propios medios.

Tradicionalmente, las víctimas del secuestro exprés son empresarios con grandes recursos.

Pero éste no es el caso del Barrio V de Moratalaz, cuyas viviendas fueron construidas hace dos décadas por el Ministerio de Obras Públicas para sus funcionarios.

"Eran las 5 de la mañana, yo volvía del trabajo. El día anterior habían secuestrado a un vecino y fui con cuidado: llamé a mi mujer para decirle que llegaba en diez minutos y encendí todas las luces. Oí pasos justo cuando iba a entrar en el ascensor".

"Eran cuatro jóvenes. Iban de negro y con la cara tapada. Llevaban pistolas y machetes de metro y medio. Me tiraron al suelo, me propinaron un culatazo en la cabeza y me dieron patadas y puñetazos. Me pidieron el número secreto de las tarjetas".

"Mi mujer y un vecino llegaron justo cuando los delincuentes se iban. Ella había llamado mucho antes a la Policía, pero le dijeron que no me preocupase, que estaría tomando una copa".